El polémico asunto de EiDF mantiene en vilo al BME Growth. Su exponencial subida de más de un 2.000% no ha pasado desapercibida para ninguno de los empresarios que conforman este mercado ni tampoco para los analistas consultados por MERCA2.
Es sin duda la estrella bursátil en el peor año de la Bolsas mundiales desde 1937 y en un mercado, como el del autoconsumo energético, golpeado por los cuellos de botella, encarecimiento de los materiales y la falta de mano de obra cualificada para las instalaciones.
Pero EiDF ha escapado de esta tormenta con una subida exponencial, de los 1,44 a los 29,76 euros que marcaba el pasado viernes a las 15.00 horas antes de que la CNMV ordenara la suspensión de cotización. La subida del 2.000% corresponde al split realizado en septiembre del pasado año, a razón de cuatro títulos nuevos por cada uno antiguo; mientras que desde la salida a Bolsa, la subida supera el 600%. Sin embargo, en este año de cotización no ha saltado ninguna alarma, pese a que la empresa ha pasado de una capitalización de unos 57 a 1.716 millones de euros.
No hay margen para mostrar en las cuentas publicadas
«Se trata de una subida salvaje, más cuando los márgenes en este sector son más que conocidos», puntualizan fuentes conocedoras del funcionamiento de las empresas del BME Growth a MERCA2. «Los márgenes no salen en el negocio», apuntan. «No hay margen para mostrar en las cuentas publicadas», han asegurado. ¿Cómo es posible entonces que EiDF no haya dejado de subir en el BME Growth? Esta es una de las cuestiones que circulan en algunas plantas nobles del mercado.
EIDF, UN CASO MÁS PARECIDO A CARBURES QUE A GOWEX
La situación se llega a comparar con otras cotizadas fallidas, como Gowex -por fraude en todos los sentidos- o como Carbures, una compañía que se disparó tanto en 2014 que también tuvo la pretensión de salir al Mercado Continuo.
Sin embargo, el auditor, PwC, obligó a reformular las cuentas por la contabilidad de la filial de China, una discrepancia que supuso la reducción de sus ventas en más de la mitad, de los 41,9 a los 20,2 millones de euros; mientras el Ebitda positivo era en realidad una cifra negativa de más de seis millones de euros. Hasta ese momento, la subida de Carbures fue del 3.400%, desde los 0,28 a los 10 euros por acción. El asunto de la auditoría se liquidó con un desplome bursátil a la hora de presentar los números correspondientes y ya no volvió a levantar cabeza desde entonces.
La empresa se reestructuró y modificó hasta tal punto que era irreconocible en 2018. Pero no fue suficiente. La nueva empresa, Airtificial, fruto de la fusión entre Carbures e Inypsa, mayoritario, Black Toro, salió el pasado mes de enero, mientras la compañía ha dado beneficios a cierre de 2022 por primera vez.
El salto al Mercado Continuo no es nada fácil. Si los requisitos y burocracia son tediosos para salir a cotizar al BME Growth, al Continuo se necesita un auditor de renombre, uno de los mejores del mundo. En esta situación se embarcó Fernando Romero desde hace meses. Es su objetivo. Pero PwC ha frenado en seco las expectativas por unas significativas diferencias que asestarían un duro golpe a los números de EiDF. Se trata en sí de una interpretación de criterios, sin que haya trascendido aún el alcance del mismo.
La cotizada suspendida en el BME Growth no habría aplicado correctamente la normativa contable y el auditor le habría pedido ajustar las cuentas a su criterio, un hecho habitual, más cuando se va a dar este gran salto. Sea por exceso de celo o por corregir el optimismo de Romero, la discrepancia continuará hasta conseguir firmar con un nuevo auditor y que éste selle las cuentas correctamente formuladas.
EL ESCASO FREE-FLOAT DE EIDF
En el caso de EiDF, al que se le ha llegado a comparar con Gowex, hay otras características que apuntarían que no se trataría de un fraude en las cuentas. «No es una empresa con un free float -capital que circula libremente en el mercado- alto ni tampoco hay una avalancha de inversores particulares», han sostenido las mismas fuentes. Más, cuando entre los tres accionistas de referencia tienen en su poder más del 86% del capital de la cotizada. El 14% restante se encuentra en manos de inversores y fondos, pero ninguno de ellos tiene, a cierre de diciembre de 2022, más del 5% de la compañía.
EiDF trabaja con Singular Bank como proveedor de liquidez, según los registros de la CNMV, que debe ofrecer un importe mínimo de 5.000 euros en la compraventa de acciones, con una horquilla máxima del 5% del precio estático. Durante la sesión abierta, el capital desciende a 2.500 euros y la horquilla alcanza el 10%.
¿Se puede manipular una acción con estos antecedentes? La respuesta es sí. Los requisitos en el BME Growth también lo permiten al señalar que las cotizadas deben dar su relación de accionistas significativos a cierre semestral, es decir, a fecha 30 de junio y 31 de diciembre. Por medio, no se tiene por qué mostrar la compraventa de acciones de la propia compañía, siempre y cuando no superen los 20.000 euros; mientras que los externos deben aflorar la posición si supera el 5% por primera vez.
LOS MÁRGENES ESTRATOSFÉRICOS EN EIDF
La subida de EiDF no se explica ni por valoración ni posición de los accionistas mayoritarios. Cabe señalar que Romero es un experto en los mercados financieros, su historial bancario es mayor que el del autoconsumo. Ha trabajado en BNP Paribas e Interdin, entre otras firmas. Que la compañía está inflada no es un secreto a voces, por más que su facturación haya crecido en un 932,86% a cierre del tercer trimestre de 2022, hasta los 315,54 millones de euros.
Esta cifra no se corresponde ni de lejos con una valoración de 1.100 millones de euros, lo que valía la compañía entre octubre y noviembre del pasado ejercicio. Todo ello tras vender una potencia instalada de 136 MW en instalaciones de autoconsumo industrial. Por esta potencia, según fuentes del mercado, se habría ingresado cerca de 70 millones de euros. El grueso del negocio viene por la comercialización de energía, con 1,2 TW gestionados y más de 25.000 clientes. Con este negocio ingresó 194,9 millones, pero su peso en el Ebitda es de sólo el 27,32%, mientras que el de autoconsumo, con esos casi 70 millones, tienen un impacto en el Ebitda del 43,96%.
Según fuentes del mercado, el número de clientes se ha reducido en 12.000. Todo ello mientras decenas de compañías de compraventa de energía se declaraban en quiebra. La cartera de EiDF alcanzaría los 305 proyectos a construir, mientras que la posición de caja es de 24 millones, con un total de unos 80 empleados. Todo ello, con un Ebitda de 46,86 millones.
LA VALORACIÓN DE EIDF ESTÁ INFLADA
Al margen de estas cifras, manipular el mercado bursátil no es tan complicado como se pinta, aunque hay mecanismos para atrapar a quienes lo hacen. Uno de ellos es el ‘pumping’ bursátil. Tradicionalmente, una empresa que sólo sube sin apenas descanso no es motivo para que salten las alarmas. Si el momento y lugar son los indicados, con vientos favorables de cola, lo normal no es que suba paulatinamente, sino que se dispare.
Ocurrió con la burbuja inmobiliaria y ha ocurrido en 2021 con la tecnológica. En el caso de EiDF no se cumple la premisa debido a los elevados costes de los materiales, retrasos en las entregas y subidas del coste de financiación. Todo ello ha pesado como una losa en el sector. Según afirmó Romero, EiDF no necesita deuda y tenía un importante stock de materiales. Sin embargo, la deuda alcanza los 52 millones de euros, 1,19 veces el Ebitda.
Desde el inicio del año hasta el último día antes de la suspensión, EiDF ha movido un total del 9% del capital, un volumen de más de 5 millones de acciones, por un valor de 158 millones de euros, exactamente 63.200 bloques de 2.500 euros por cada uno de ellos.
CON POCO VOLUMEN SE PUEDE MANIPULAR UNA ACCIÓN COMO LA DE EIDF
El mayor volumen diario de este año, según los registros de BME, se registró en los primeros dos días de enero, con 234.992 y 256.347 acciones. El precio de cierre entonces fue de 26,6 y 26,8 euros por acción; un exigua subida del 0,75%. Al día siguiente, con poco más de la mitad de volumen del día anterior, 136.271 títulos, EiDF se disparó casi un 3%. De esta forma, con unas pocas acciones se puede aumentar significativa el precio, pero no quiere decir tampoco que haya manipulación.
En el hipotético caso de haberla, la estrategia consiste en vender acciones y comprarlas a precios más altos. Para ello, no es necesario disponer de una gran participación en la compañía, pero sí controlar el volumen de negociación. En este sentido, se trata de inflar el precio de la acción para atraer inversores y hacerles creer que están ganando dinero. Una vez que el precio alcanza un nivel establecido, el creador del mercado vende los títulos y deja atrapados a los incautos.
En EiDF el precio habría cumplido a la perfección con la primera parte de la premisa, pero los principales inversores, con Romero a la cabeza, serían los grandes perjudicados en caso de cumplirse la segunda. Este tipo de manipulación suele realizarse en acciones de mercado de perfil bajo, sin que exista una oferta o demanda previas. Acciones de baja capitalización, como era el caso de EiDF en su salida a Bolsa. En el BME Growth ha habido casos anteriores de empresas que se han disparado con valoraciones más propias de Ibex 35. Carbures fue uno de ellos, como también Gowex en su día.
LAS DOS OPERACIONES QUE PONEN EN ALERTA AL MERCADO
El mayor volumen de negociación se registró en mayo del pasado año, cuando la acción registró un desplome de más del 35%, hasta poco más de 11 euros por título. El volumen aquel día fue de más de 401.000 títulos. La jornada siguiente, el precio se recuperó tras negociar más de 413.000 acciones. La caída duró tan sólo unas horas. En septiembre del pasado año, durante la sesión se registró un precio de 75 euros, un pico momentáneo que no tuvo explicación alguna, y apenas se movieron 27.488 acciones, el undécimo más bajo del último año.
Pero EiDF no es precisamente un imán del pequeño inversor, que los hay, y se muestran preocupados por el devenir de la compañía. A pesar de la revalorización, los minoritarios no están en la compañía como sí estuvieron en su día con Gowex.
«Es un claro ejemplo de Pumping», afirman fuentes del mercado sobre la disparada cotización de EiDF. Fuentes de la compañía indican a este medio que «no tienen constancia de la existencia de una manipulación del mercado».