No podemos negarlo, las patatas fritas son un plato irresistible para niños o mayores. Nos encantan solas, acompañadas, cortadas en bastones, en chips, con salsas o al punto de sal. No es vicio, ni gula, sino una cuestión evolutiva: el cuerpo pide hidratos de carbono y además tenemos una predilección natural por las texturas crujientes, y las patatas fritas lo tienen todo.
El problema es que abusar de esta comida no es algo recomendable y puede suponer un aumento no deseado de peso. ¿Te gustan demasiado y la idea de limitar o prescindir de este manjar se te hace cuesta arriba? No te alarmes, hay varios trucos para prepararlas de forma que no engorden, con muchas menos grasas, e incluso más digeribles.
4USAR FREIDORA SIN ACEITE
La tecnología también nos ofrece soluciones para poder disfrutar de unas buenas patatas fritas sin riesgo de aumentar nuestro porcentaje adiposo. Es el caso de la freidora sin aceite, el aparato definitivo para conseguir frituras saludables y con ese plus crujiente que nos encanta en las comidas. ¿Cómo funcionan? El aire caliente hace la magia. Solamente hay que depositar una cucharada de aceite de oliva en el cajoncito e introducir las patatas o el ingrediente que queramos freír. El resultado es perfecto y con apenas 100 kcal.