jueves, 12 diciembre 2024

La cirugía del frenillo lingual en bebés mejora la dinámica de succión y deglución

El frenillo lingual es una pequeña membrana que une la lengua a la base de la boca y que permite sus movimientos. Entre un 5 y un 10% de los recién nacidos tienen el frenillo lingual corto, lo que restringe los movimientos de la lengua. «La limitación al movimiento adecuado de la lengua dificulta la dinámica de succión y deglución durante las tomas. Se asocia a una mayor deglución de aire con un incremento posterior de cólicos e irritabilidad», explica el Dr. Carlos Delgado Miguel, cirujano pediátrico del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid. «En casos de lactancia materna, el frenillo corto provoca un agarre inadecuado al pezón, incrementando las grietas en la areola y el dolor en las tomas».

El frenillo lingual corto (también denominado anquiloglosia), sobre todo en los casos en los que este frenillo es más restrictivo, se suele diagnosticar antes del primer año de vida. «Los casos en los que el frenillo lingual provoca restricción más leve al movimiento de la lengua se suelen diagnosticar entre los 3 y 4 años, cuando estos niños comienzan a tener dificultad para pronunciar las consonantes palatales, principalmente la ‘r’ y la ‘rr’ que no consiguen mejorar con logopedia».

En ambos casos la cirugía es similar: «Se expone el frenillo en quirófano y se le realiza un corte transversal con un bisturí eléctrico para evitar sangrados. Posteriormente se aplica anestesia tópica. Toda la intervención dura apenas unos minutos», detalla el Dr. Delgado, que explica que este procedimiento se realiza con una leve sedación».

Acompañamiento paterno

En el Hospital Universitario Quirónsalud Madrid realizan esta intervención permitiendo a los padres acompañar a los pequeños hasta quirófano. «Cualquier intervención quirúrgica genera ansiedad y preocupación en los padres. Además, la separación del niño de sus padres le genera ansiedad y estrés extra. El acompañamiento de los padres a quirófano logra evitar esta situación estresante. El bebé o el niño entran en quirófano en brazos de su padre o de su madre y no se separa de su lado hasta que se le induce la sedación. En niño se queda dormido en contacto con su padre o su madre, agarrándole de la mano o cantando una canción. La última cara que ve el niño antes de la intervención y la primera al despertarse es la de su padre o su madre».

Los bebés con los frenillos más cortos y restrictivos son los que más se benefician de esta intervención. «Justo tras la cirugía ya se aprecia que levantan la lengua correctamente en el bostezo. También comenzarán a realizar movimientos con la lengua que no eran capaces de hacer debido al anclaje que padecían. En pocos días se observa una mejora evidente en la mecánica de succión».


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