sábado, 23 noviembre 2024

Wallbox acomete una ampliación de 100 M€ y contrata a EY

Wallbox continúa con paso firme en un mercado turbulento. La compañía catalana fundada y capitaneada por Enric Asunción acometerá una nueva ampliación de capital en un momento en el que el grifo está prácticamente cerrado en EE UU y gran parte de Occidente ante la nueva crisis de crédito que se avecina.

La firma de los cargadores eléctricos nacida en Barcelona y cotizada en Wall Street trata de recomponerse tras la travesía en el desierto durante el pasado 2022. Para ello, emitirá acciones de clase A, que otorgan derechos económicos y políticos, tras captar otros 42 millones de euros en una colocación acelerada, con Iberdrola y el propio Asunción como protagonistas, para fortalecer su balance y ejecutar su ambicioso plan estratégico.

La propia recomendación no constituye el despido o renuncia de los actuales auditores

El momento es crucial para Wallbox al ser seleccionada para recibir las ayudas del Plan Biden para reindustrializar Estados Unidos, un plan que ha llamado la atención de numerosas compañías una vez se ha aprobado. Sin embargo, la empresa catalana llevaba años trabajando para obtener su sitio en un mercado tan competitivo y exigente como el norteamericano.

WALLBOX ESCOGE A EY PESE A LA SANCIÓN EN ALEMANIA

Según ha comunicado a la Bolsa de Nueva York, Wallbox ha escogido a Ernst & Young como su auditor externo de sus cuentas, una decisión que debe ser validada por la Junta de Accionistas extraordinaria que tendrá lugar en este mismo 2023. En caso afirmativo, BDO dejará de trabajar con la empresa tras la salida a Bolsa en septiembre de 2021 mediante una SPAC.

La propuesta, lanzada por el Comité de Auditoría, liderado por la hija de Francisco González, ex presidente de BBVA, y consejera delegada de Seaya Ventures, Beatriz González. También están sentados en esta mesa el consejero delegado de Quadis, Pol Soler, y Donna J. Kinzel, director financiero de Ursuline Academy.

Enric Asunción, fundador y CEO de Wallbox
Enric Asunción, fundador y CEO de Wallbox

«La propia recomendación no constituye el despido o renuncia de los actuales auditores», según ha destacado ante el regulador de la Bolsa de EE UU. El cambio se produce una vez que Alemania ha castigado a EY sin auditar a ninguna compañía durante dos años tras no detectar el fraude multimillonario de Wirecard tras dejar un agujero de 2.000 millones y sin objeción alguna por la auditora, un daño no sólo reputacional sino que ocasionó fuertes pérdidas a inversores minoristas.

«Creemos que no ha habido desacuerdos con los auditores existentes sobre ningún asunto de principios o prácticas contables, divulgación de la declaración, o alcance o procedimiento de auditoría, cuyo desacuerdo, si no se hubiera resuelto a satisfacción del auditor, lo habría llevado a hacer referencia al tema de los desacuerdos en relación con sus informes de auditoría sobre los estados financieros consolidados a partir de 31 de diciembre de 2022 y 2021 y por los tres ejercicios fiscales finalizados el 31 de diciembre de 2022», ha indicado ante la SEC la compañía fundada y comandada por Asunción.

WALLBOX AFRONTA UN MERCADO CONVULSO CON AJUSTES

La firma viene de realizar importante cambios, con un Expediente de Regulación de Empleo incluido y que afecta al 15% de la masa salarial. Todo ello, tras disparar la facturación en más de un 100% y registrar unas pérdidas operativas de casi 137 millones. Todo ello, con un deterioro de su principal magnitud a la hora de realizar las previsiones: las ventas de vehículos eléctricos. Éstas han caído a plomo durante el pasado año debido a la crisis de componentes.

Las estimaciones inicial pasaban por unas ventas de unos cinco millones de automóviles enchufables, pero finalmente han sido tres. Estas cifras han pesado en los números de Wallbox, que ha cogido el toro por los cuernos para organizar el nuevo escenario que se presenta. De hecho, la compañía ha realizado importantes inversiones, como su fábrica de Texas, con una producción potencial de un millón de cargadores al año.

Y es que, Wallbox se mueve en un entorno macroeconómico muy complejo. Las restricciones al crédito suponen una barrera a la hora de comprar vehículos, más cuando la morosidad de este tipo de créditos va en aumento en EE UU. Lo mismo ocurre con los créditos a estudiantes e hipotecas. Una situación derivada por la agresiva política monetaria de la Reserva Federal.

Wallbox tiene muy claro su objetivo en este sentido. Alcanzar el break even, un punto de equilibrio para 2024, con una fuerte facturación y guardar lo máximo posible su preciada caja de liquidez. Los inversores, como ha ocurrido en todas las tecnológicas, han huido de la compañía, pero su potencial es aún enorme si se cumplen las expectativas del plan Biden, que instalará centenares de miles de cargadores públicos a lo largo y ancho de EE UU, un mercado potencial de 350 millones de consumidores.


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