En Semana Santa, las torrijas son uno de los postres más populares en España. Pero, ¿sabemos realmente lo que estamos comiendo? La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha llevado a cabo un análisis de las torrijas vendidas en distintos establecimientos y ha evaluado su calidad nutricional y su composición. En este artículo, te contamos qué ha descubierto la OCU sobre esta receta tradicional que comemos en Semana Santa.
3La contradicción de las torrijas
Pese a la creciente preocupación por el consumo de alimentos procesados y la reducción de plásticos, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) prevé que se vendan 10 millones de torrijas en estos días de Semana Santa. Sin embargo, este dulce, considerado originalmente como un aprovechamiento de pan duro, ha evolucionado hasta convertirse en un producto procesado, con baja calidad organoléptica y envasado en plástico.
Es curioso cómo la tradición de aprovechar el pan duro y crear una deliciosa receta se ha transformado en un producto industrializado que poco tiene que ver con su origen humilde y sencillo. Es cierto que las industriales son más accesibles y fáciles de encontrar en cualquier establecimiento, pero su sabor no se compara con el de las torrijas hechas en casa con pan de verdad e ingredientes naturales.
Este fenómeno es un ejemplo más de cómo la industria alimentaria ha transformado alimentos tradicionales en productos procesados y envasados, cuyo único fin es el beneficio económico. Afortunadamente, cada vez son más las personas que valoran la calidad de los alimentos y buscan opciones más saludables y sostenibles.
Mientras se venden millones procesadas en plástico, es importante recordar su origen y valorar la tradición y la calidad de las recetas caseras. Además, debemos seguir trabajando en la reducción de plásticos y en el fomento de una alimentación más saludable y sostenible.
