Es normal que de vez en cuando hagamos cosas que sabemos que no son buenas para nosotros, pero que nos proporcionan un momento efímero de placer. Trasnochar, tomar algunas copas de más, fumar, comernos una tableta de chocolate… Hacemos estas cosas conscientes de que pueden suponer una pequeña agresión a nuestro cuerpo y aun así elegimos seguir adelante.
Sin embargo, hay hábitos muy cotidianos y muy normalizados que también son dañinos a largo plazo y ni siquiera lo sospechamos. Hay costumbres aparentemente inofensivas que pueden estar afectando a nuestro cerebro y a nuestra salud mental. Por ejemplo, restarle una sola hora al sueño nocturno puede favorecer la aparición del Alzheimer. Abusar de la comida basura puede derivar en depresión. Estos son solo algunos ejemplos, pero hay más acciones cotidianas dañinas como las que te explicamos a continuación.
6PASARSE CON EL AZÚCAR
La cruzada contra el azúcar está en todas partes, así que cada vez somos más conscientes del daño que nos puede hacer este producto. Sin embargo, los perjuicios van más allá de provocar obesidad o diabetes; también puede afectar negativamente a la función del cerebro.
El antojo de algo dulce es una forma en la que el organismo busca aliviar el estrés, ya que el azúcar estimula el área de recompensa y favorece la producción de dopamina. Pero también genera adicción, y cuando tomamos azúcar a diario, se producen altibajos bruscos en los niveles de glucosa en sangre. Esto puede afectar al estado mental, provocando ansiedad, mal humor, depresión y, la larga, riesgo de enfermedades neurodegenerativas.