Es normal que de vez en cuando hagamos cosas que sabemos que no son buenas para nosotros, pero que nos proporcionan un momento efímero de placer. Trasnochar, tomar algunas copas de más, fumar, comernos una tableta de chocolate… Hacemos estas cosas conscientes de que pueden suponer una pequeña agresión a nuestro cuerpo y aun así elegimos seguir adelante.
Sin embargo, hay hábitos muy cotidianos y muy normalizados que también son dañinos a largo plazo y ni siquiera lo sospechamos. Hay costumbres aparentemente inofensivas que pueden estar afectando a nuestro cerebro y a nuestra salud mental. Por ejemplo, restarle una sola hora al sueño nocturno puede favorecer la aparición del Alzheimer. Abusar de la comida basura puede derivar en depresión. Estos son solo algunos ejemplos, pero hay más acciones cotidianas dañinas como las que te explicamos a continuación.
4PASAR MUCHO TIEMPO EN SOLEDAD
Aunque hay personas que disfrutan de la soledad, es importante mantener conexiones sociales. Se ha demostrado que relacionarse con los demás favorece la neuroplasticidad del cerebro, es decir, que estimula la creación de nuevas neuronas y nuevas conexiones. Además, protege contra enfermedades neurodetenerativas, mejora el ánimo y prolonga la vida.