Cometer infracciones es algo bastante habitual, ya que en el día a día podemos saltarnos alguna norma sin pensárnoslo demasiado. Superar la velocidad máxima permitida, usar el móvil de forma indebida, aparcar mal o en una zona prohibida, saltarse algún semáforo, etc. Solo en el año 2021, la Dirección General de Tráfico (DGT) puso 4.793.520 multas a conductores, la gran mayoría (dos de cada tres), por exceso de velocidad. Pero a las sanciones de la DGT hay que añadir las que son competencia de otras administraciones como los ayuntamientos.
3OJO CON LOS PLAZOS
Podemos librarnos de pagar la multa si resulta que a la Administración correspondiente se retrasa del plazo límite para comunicarla. Los plazos son los siguientes:
- Sanciones leves: tres meses.
- Sanciones graves: seis meses.
- Sanciones muy graves: hasta un año.
A veces los ayuntamientos están tan sobrepasados de trabajo que no tienen tiempo de notificar las sanciones dentro del plazo establecido, aunque no es lo habitual. Si la notificación no llega dentro de ese plazo, habrán prescrito y, por lo tanto, no tenemos que pagarla. Otra forma de librarse de la multa es intentar alargar los plazos, siempre dentro de lo legal. Por ejemplo, se puede apurar hasta los 20 días hábiles para formular el recurso e intentar que prescriba la multa antes de que finalice el proceso.