Que nos encontremos en cuarentena no significa que tengamos que renunciar a las tradiciones que más nos gustan como por ejemplo comer torrijas en Semana Santa. Se cree que este dulce se tomaba ya en la edad media, y es una receta que tiene versiones en muchos otros países desde que el pan se convirtiera un elemento importante de nuestra alimentación diaria. Es un postre pensado principalmente para el aprovechamiento, ya que antaño se preparaba para evitar tirar el pan duro del día anterior.
Comenzaron a popularizarse en cuaresma al convertirse en la fuente calórica de la población más pobre, durante esos días que debían de prescindir de la carne. También se dice que a las mujeres que acababan de dar a luz se les daba torrijas para comer, porque su gran aporte energético les ayudaba a recuperar las fuerzas. Esto nos da una idea de que este postre, tan sencillo como delicioso, es bastante calórico, lo que no significa que haya que privarse de su disfrute, sino más bien hacerlo de forma puntual y limitada. Aunque la receta es muy simple y básica, las variantes son ilimitadas y podemos experimentar más allá de las torrijas clásicas. Aquí dejamos algunas propuestas.
12Preparación:
Primero infusionamos la leche con la piel de naranja y dos cucharadas de azúcar y vertemos la mezcla sobre las rebanadas de pan. Dejamos reposar unos minutos y después escurrimos un poco el pan. Colocamos una cucharada de crema de chocolate dentro de cada rebanada y la cerramos. A continuación las pasamos por el huevo batido y las freímos en aceite muy caliente. Retiramos el exceso de aceite y rebozamos en azúcar y canela.