miércoles, 11 diciembre 2024

Deutsche Bank, BoA y Barclays: los monstruos amenazan con el colapso

Deutsche Bank vuelve a meter miedo en el cuerpo y especialmente a la banca cotizada a uno y otro lado del Atlántico. En el mercado se le conoce como el «monstruo demasiado grande para ser rescatado», una gigantesca entidad financiera cuyo balance suma los 1,33 billones de euros, una cifra que supone el PIB de España. Cabe señalar que Deutsche Bank ha sido acusada y multada por manipular los mercados de deuda. La última sanción equivale al 10% de su facturación, unos 2.400 millones.

El primer banco alemán por volumen de activos concentra toda la atención, especialmente en un momento en el que Alemania ha entrado en recesión. No obstante, los inversores no sólo se están fijando en la firma germana, cuyos Credit Default Swaps han registrado la mayor subida diaria de su historia. El mercado huele el riesgo de impago y ha disparado el precio de estos seguros, hasta los 560 puntos en el caso de los CDS subordinados.

Deutsche Bank tendría unos activos equivalentes al 16% del balance del BCE, demasiado grande para ser rescatado

La crisis de Deutsche Bank viene de lejos, con una caída del 90% desde los máximos históricos de 2007, pero es ahora cuando los bajistas en el mercado atacan debido al debilitamiento de la entidad por su gran exposición a los derivados. Algunas estimaciones son alocadas, como valorar su posición en 37 billones de euros, ocho veces el PIB de Alemania; otras son más prudentes e indican que alcanzaría una exposición mínima de 800.000 millones de euros.

NO SÓLO ES DEUTSCHE BANK: LOS CDS SE DISPARAN

Las cantidades, no obstante, superan con creces a la quiebra de Lehman Brothers. Otra de la entidades alemanes que podrían sucumbir es CommerzBank, con un desplome del 97% desde los máximos históricos, registrados en plena burbuja tecnológica del 2000. La situación de Deutsche Bank es más que preocupante cuando el Gobierno y el Banco Central Europeo han tenido que salir al paso del desplome, pero las declaraciones no detienen a los mercados ni mucho menos a la cruda realidad de los datos, a pesar de haber cerrado 2022 con un beneficio superior a los 5.000 millones, el nivel más elevado desde el estallido de la crisis financiera de 2008.

No obstante, ni Deutsche Bank ni CommerzBank son las únicas entidades en el foco de los inversores. El japonés Nomura ha incrementado de forma significativa el valor de sus CDS, así como los estadounidenses Citigroup, Bank of America y Goldman Sachs, así como el británico Barclays. Todos ellos han registrado importantes incrementos en estos seguros de riesgo ante impago. Cuanto mayor sean estos valores, mayor es la probabilidad de quiebra. En el caso de Credit Suisse, estos activos alcanzaron los 2.500 puntos.

Sucursal de Deutsche Bank
Sucursal de Deutsche Bank

La banca y los inversores alcistas aseguran que habrá una solución antes de una nueva quiebra bancaria, ya sea en forma de inyecciones ingentes de liquidez o la fusión obligatoria con otra entidad, como ha sucedido con la segunda firma helvética hace una semana y como ocurrió durante la pasada crisis financiera. El mantra es el mismo de siempre: «Too big to fail» -demasiado grande para caer-. No obstante, Deutsche Bank es un gigante, el 25% del PIB alemán, y la digestión no sólo sería pesada, sino imposible para el eurosistema. En concreto, el 16% del balance actual del Banco Central Europeo.

DEUTSCHE BANK, ¿DEMASIADO GRANDE PARA SER RESCATADO?

El miedo en el mercado se centra en los propios tenedores de deuda, dado el ejemplo de Suiza con los bonistas de Credit Suisse, cuya inversión se ha valorado en cero francos suizos, una situación que el BCE trata de atajar con un mensaje muy poco concreto. «La situación de los bonistas será diferente en la Eurozona», afirma la institución. No habla de posibles quitas, tampoco si el inversor tendrá asegurado el capital en caso de quiebra. Y lo que menos necesita el mercado son planes repletos de buenismos.

La credibilidad en las instituciones pierde cada día que pasa y no sólo es necesario restaurarla, sino mandar un mensaje muy concreto y preciso a los mercados. Nadie se cree las palabras, más después de la ejemplarizante actuación del Banco Nacional de Suiza. O se restaura la confianza o estos monstruos pueden desencadenar el terror, un escenario que podría ser aún peor que en 2008.

Por ahora, el optimismo impera y no llega la sangre al río, aunque el castigo a la banca europea es severo. Para los analistas, la entidad financiera ha atravesado el desierto sin agua y ha conseguido alcanzar la civilización. Los ratios de solvencia y liquidez juegan también a su favor.

En contra, las pérdidas que tendría que aflorar por su exposición a la deuda y su incapacidad de poder hacer frente a los reembolsos masivos, como ha ocurrido con Credit Suisse y gran parte de la banca territorial de EE UU, con Silicon Valley Bank, Signature, Silvergate y First Republic Bank, un escenario que también se abre a casi 200 entidades financieras estadounidenses. La banca europea tampoco tendría suficiente liquidez ante esta situación y por este mismo riesgo es necesario restablecer la confianza antes de que se desaten aún más los temores.

EL VETO A LOS BAJISTAS NO SOLUCIONA LOS PROBLEMAS

En el caso extremo de prohibir las posiciones bajistas, como ocurrió en 2008 y 2009, los reguladores del mercado tan sólo habrían parado el golpe bursátil, al menos en el corto plazo. La realidad es que este tipo de medidas nunca ha producido el efecto deseado. Si el mercado entiende que deben caer, caerán, por más que se recompren acciones. Y es que, la lección es ir a favor de la tendencia. Cabe destacar que la propia Bolsas y Mercados Españoles (BME) sacó en 2008 un producto tremendamente bajista, un ETF triple inverso, que se veía beneficiado cuando las empresas se hundían en Bolsa.

El principal problema al que se enfrenta la banca son los temidos CoCos y activos considerados AT1, de alto riesgo y que deberían aflorar en balance una vez se cumplan los requisitos estipulados, principalmente si los intereses alcanzan un determinado nivel. Para Credit Suisse ha conllevado la pérdida de 16.000 millones de euros, un montante que ha afectado directamente a los tenedores al tener un valor cero.

DEUTSCHE BANK Y LA MAQUINARIA DE LA DESCONFIANZA

La banca europea no puede hacerse tampoco la desentendida de la situación de Deutsche Bank, como tampoco la de Barclays ni de CommerzBank, ni de algún banco francés, como Societe Generale. Menos aún de la situación de los bancos griegos, cuyos CDS se están disparando; ni del japonés Nomura. Es una decena de gigantes bancarios, cuyos tentáculos se extienden por todo el mundo y todo tipo de mercados, desde divisas, Bolsa como derivados e hipotecarios.

Son considerados «piedras en el zapato». Sus posiciones ocultas en derivados son enormes, su exposición a una caída en el subyacente también genera cierto pánico. Pero la maquinaria de la desconfianza ha comenzado a ganar enteros y las teorías más pesimistas son ahora las atendidas, pese a que los avisos se daban desde el inicio de la nueva y agresiva era de los bancos centrales, que ha cerrado la política monetaria laxa iniciada hace una década. De aquellos barros, estos lodos.

El resultado de estas acciones, impropias de un BCE responsable, ha sido avivar la llama en pleno incendio, mientras tiene fijado entre ceja y ceja el objetivo de inflación del 2%, un nivel que no preocupó hasta que fue demasiado tarde. A cierre de 2021, la inflación triplicaba este nivel y por tanto cualquier argumento que imponga la teoría de que este elevado ritmo de precios se deba a la invasión de Rusia a Ucrania queda completamente invalidado.

LA VOLATILIDAD SE HUNDE PESE A DEUTSCHE BANK

Todo ello, sin que en Deutsche Bank se hayan producido fugas masivas de liquidez, ni tampoco un nuevo plan de ajuste. «El miedo es irracional y cuando llega al mercado la situación es impredecible», han destacado analistas consultados por MERCA2. De hecho, señalan que la volatilidad a pesar del castigo se mantiene en un nivel anormalmente bajo.

El índice del miedo, con el ticker VIX, indica 21 puntos, una situación que alentaría un mercado alcista. De hecho, se ha desplomado más de un 3% en la jornada del viernes, en pleno desplome bancario, con fuertes caídas para el Deutsche Bank, que pasaron del 14% a más del 8%.

En el mercado, todos conocen la importancia del primer banco alemán. Si cae, el sistema cae. No hay vuelta de hoja, una cruda realidad que tratan de parar todos los organismos. La gran incógnita es si el BCE impulsará un rescate o fusión si llegase el caso, o bien se mantendría inflexible y dejaría caer a la entidad para que fueran los accionistas y bonistas quienes asuman los riesgos de la inversión. Y es que, meter más liquidez al sistema y subir al mismo tiempo los tipos de interés para combatir la inflación galopante no parece la mejor de las recetas.


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