Con la llegada de la primavera iremos teniendo más horas de luz hasta la famosa noche de San Juan, la noche más corta. Venimos de unos meses con poca luz y mucho uso de la luz artificial. No dejamos de ser animales diurnos que funcionamos con el mismo reloj biológico y metabólico desde que el hombre es hombre. Sin embargo, con la civilización y la electricidad todo eso se ha ido al garete, viviendo rodeados de luz no natural y alargando nuestros días más allá de la puesta de sol, que es cuando deberíamos dormir, así como despertar con el alba. Veamos en qué influye en nuestra salud.
2¿SON MEJORES LOS FLUORESCENTES Y LOS LEDS?
Sobre todo para las personas con enfermedades que les vuelven fotosensibles, incluso las lámparas de bajo consumo (principalmente lámparas compactas fluorescentes y diodos emisores de luz (LED)), que van sustituyendo a las lámparas incandescentes, empeoran sus síntomas e influyen en un gran número de enfermedades. También defienden que las medidas de protección, tales como cubrir las lámparas con una segunda envoltura disminuyendo así las emisiones UV, no son eficaces.
El uso prolongado de algunos tipos de lámparas fluorescentes compactas (CFL, siglas del inglés “compact fluorescent lamp”) a poca distancia puede exponer a los usuarios a niveles de UV próximos a los límites establecidos para proteger a los trabajadores de lesiones cutáneas y oculares.