La industria del videojuego es una de las de mayor crecimiento en los últimos años. A pesar del choque que recibió la industria española la semana pasada, por el anuncio del cierre del estudio Lince Works sigue estando en un momento interesante. Esa es la apuesta desde el ayuntamiento para la creación del programa ‘Madrid In Game’, que permitirá a un grupo de emprendedores explorar varias áreas de esta joven industria.
Tras celebrar el inicio de la primera edición en el nuevo Campus del Videojuego, ubicado en Puerta del Ángel en Madrid, que presume de ser el más grande de Europa. Los emprendedores que participaran, colaboraran y aprenderán durante los próximos meses. Lo cierto es que el espacio demuestra una apuesta por un modelo de negocio y un sector del mundo tecnológico y cultural que hasta ahora no ha sido el más visible.
Pero es que a la vez demuestra que es un medio que puede funcionar en muchas áreas de nuestra vida. Desde siendo un espectáculo, como es el caso de los eSports que en ocasiones pueden atraer más miradas que una final de Champions League, o para gamificar procesos de nuestro día a día que van desde entrevistas de trabajo hasta organizar nuestra información personal.
«Los videojuegos estimulan la creatividad. Son cultura, arte y, por encima de todo, una de las industrias del futuro. Este maravilloso maridaje que se ha creado aquí entre Ayuntamiento, empresas, startups y profesionales que quieren crear y tienen la valentía de ir a por ello no podemos perderlo», explicó en el evento la vicealcaldesa de Madrid Begoña Villacís.
UNA APUESTA INTERESANTE PARA HACER CRECER A MADRID
Lo cierto es que la apuesta del ayuntamiento es una forma de acercarse al mundo tecnológico, no solo al del videojuego. Lo demuestran proyectos como el de Beetested, encargado de reconocimiento de expresiones faciales que en un principio se plantea para pruebas en el mundo del videojuego o el de Divertifica que intenta llevar la lógica de las antiguas aventuras de texto a los procesos de recursos humanos.
Es una visión más completa del videojuego que solo como forma de arte. Es verlos como competencia, herramienta y, evidentemente, como negocio. Son todas piezas necesarias para el crecimiento del medio en el que la capital española espera ponerse también como punta de lanza. Así lo explica también la joven CEO de Beetested, Yulia Tru: «Todas las empresas seleccionadas estamos muy ilusionadas de estar aquí y agradecidas al Ayuntamiento por darnos esta oportunidad. Es muy importante tener un ecosistema adecuado para los emprendedores que comenzamos nuestra aventura en Madrid in Game».
EL VIDEOJUEGO COMO FUENTE DE EMPLEO
Este plan de emprendimiento proyecta generar empleos directos en la industria del videojuego. Además, se espera que estas empresas en los seis meses de trabajo que dura el mismo, aumenten su facturación o consigan los objetivos marcados en cada proyecto, contribuyendo al impulso de este sector. Asimismo, esta iniciativa pretende que en los próximos tres años más de 200 empresas accedan al programa, creando así un ecosistema de continuo crecimiento e innovación.
El 80% de las empresas seleccionadas tienen sede en Madrid y se distribuyen en diferentes verticales de la industria del videojuego. De las 30 seleccionadas, 14 son estudios de desarrollo de videojuegos, seis están relacionadas con el sector de los Esports y el resto están focalizadas en distintas tecnologías que aportan valor y están estrechamente vinculadas a estos dos sectores capitales en ‘Madrid in Game’.
UNA APUESTA QUE DEBE PERDURAR EN EL TIEMPO
Si algo dejo claro la Vicealcaldesa es que la apuesta de invertir en startups y empresas de videojuegos era algo que debía mantenerse en el tiempo más allá del final de este ejercicio. Después de todo se trata de una empresa que ya tiene presupuestos por encima de algunas películas de Hollywood y en el que es necesario entrar en este momento, antes que otros países se adelanten en la carrera. Después de todo ¿Si España es una potencia en el mundo del cine por qué no podría serlo en el de los videojuegos?.
Habrá que chequear al final de estos meses si los proyectos dieron los frutos esperados, o al menos parte de ellos. Lo normal en estos procesos es que algunos se transformen, evoluciones y se reinventen en los meses que dura el campus. Al final la inversión del ayuntamiento dependerá de que tanto las empresas como los individuos que forman parte de cada uno de los 200 proyectos involucrados puedan, realmente, adaptarse a ese siempre complicado proceso de transformación.