Dado que Cabify y Uber han apuntado por Latinoamérica no debería ser una sorpresa que la tercera empresa de la lista en España, Bolt, siga el mismo camino. Lo que si puede tomarnos por sorpresa es que el primer destino elegido sea El Salvador. El pequeño país de Centroamérica ha estado en el medio de controversias por sus medidas económicas y su trato a los precios por la guerra interna de Nayib Bukele con las ‘maras’, (bandas criminales del país).
Pero para Bolt, la posibilidad de entrar a Latinoamérica, un mercado en crecimiento a pesar de sus distintas crisis internas, ha sido suficiente para buscar formas de saltar estos obstáculos. Lo cierto es que además de ser una entrada al continente donde aún no han llegado los competidores, más enfocados en países como México, Brasil o Argentina. Si bien todo parece indicar que la medida espera servir como una llave para el resto del continente.
Pero no deja de ser llamativo que un país bajo un gobierno tan divisivo como el de Bukele, al menos fuera de su país, pues sigue siendo profundamente popular entre los salvadoreños. Es una situación delicada en la que la empresa está aterrizando de golpe y que les puede causar problemas de reputación más allá de ese territorio, sobre todo dado que es un gobierno condenado abiertamente por buena parte del resto del planeta.
UNA ECONOMÍA ESPECIAL
Lo que ha hecho de El Salvador un objetivo atractivo tanto para Bolt como para otras empresas, al mismo tiempo que ha generado cierta suspicacia entre otros es su ‘particular’ política económica. Desde hace unos años las criptomonedas sirven en el territorio como moneda de uso común, medida aprobada tras la entrada de los militares al congreso.
Eso permite, y obliga, a la VTC a adaptarse a este tipo de moneda de cambio. Lo cierto es que los precios volátiles, que pueden subir o bajar miles de dólares en un día, han hecho que el día sea complicado. Si bien el presidente y su gobierno aseguran que esta medida ha permitido el crecimiento económico del país hay quien señala el aumento de la deuda tras el desplome de los precios del Bitcoin durante el 2020, situación a la que el gobierno respondió aumentando su inversión.
Pero de momento parece que ese caos se ha calmado un poco. Por ahora los números de las crypto parecen relativamente estables, por lo que Bolt se estaciona en un segundo intento del país de transformar una herramienta para inversión, o curiosidad extraña, en una moneda de uso común.
EL PROBLEMA DE LA SEGURIDAD NO ASUSTA A BOLT
El otro gran, pero a la hora de estacionarse en El Salvador es, por supuesto, el tema de seguridad. Vale recordar que el país tiene años en la lista de los 10 más violentos del mundo y ya casi año y medio en estado de excepción. Visto así es complicado imaginar que la empresa esté despreocupada a la hora de pensar en la seguridad de sus conductores y coches.
Pero es que además existe la duda en cuanto a los conductores autónomos, en caso de que como en otros casos la VTC intente empezar a funcionar sobre la base de los conductores autónomos. Después de todo, dado que de momento en el país caribeño no hay otros de sus grandes competidores no parece viable que existan demasiadas opciones para contratar conductores como Aureo o Vecttor lo hacen en España. Dada la circunstancia, y el peso que las maras siguen teniendo en el Salvador, será importante medir si no termina generando nuevos problemas en cuanto al crimen.
UN PAÍS TECNÓCRATA PARA ENTRAR A UN CONTINENTE HOSTIL
Dado que Cabify y Uber han tenido que enfrentar rechazos en algunos países del continente, en particular Uber no puede funcionar ni en Ecuador ni en Chile, no parece mala idea apuntar a un gobierno que anuncia la tecnología como su gran herramienta para afrontar sus opciones. Lo cierto es que no parece que Bukele sea la clase de gobernante que apuesta por el Taxi por encima de las VTC como ha pasado en algunos lugares de Latinoamérica y Europa.
Pero para Bolt será importante moverse rápido. Lo cierto es que sus competidores están más que instalados en varios de los países del continente, en México por ejemplo «pide el Cabi» es ya una expresión común, por lo que si quieren llegar a nuevas fronteras, y ser rentables en ellas, tendrán que actuar rápido. El Salvador, con todos sus problemas es una puerta de entrada, pero no parece la apuesta para el futuro de Bolt en el continente.