A lo largo de los últimos tiempos el kéfir ha ido cogiendo una popularidad entre los usuarios a modo de bebida, puesto que es a base de leche fermentada. No es nuevo su consumo, pero sí la manera en la que se tiende a probar o a hacer uso de ella sin conocer de qué trata ni de cuáles pueden ser sus beneficios o contraindicaciones.
Como tal, kéfir es un producto lácteo líquido, fermentado y muy aromático, que se obtiene por una doble fermentación: ácido-láctica, por acción bacteriana; y alcohólica, por levaduras. Así, la consistencia y sabor dependen de la fermentación alcohólica, de modo que se puede hablar de un kéfir fuerte, medio y suave. Del mismo modo, también es verdad que algunos kéfires pueden contener graduación alcohólica. Pero no; no son recomendados para todo el mundo. Desde nuestro portal de MERCA2 repasamos por qué no debes tomarlo.
6Es contraindicado en personas que toman anticoagulantes

Como hemos visto, son muchos los aspectos a los que debemos prestar en consideración sobre el mismo, ya que una mala planificación o una peor estabilidad de nuestro cuerpo u organismo puede acrecentar nuestro malestar. Por ello, si vamos a dirigirnos a este derivado del lácteo, toma en consideración que se precisen unos 60 gramos de grumos por cada litro de leche.
Por otro lado, la temperatura ambiente no debe ser menor a los 20ºC, ni tampoco muy superior, pues la propia fermentación ya generará calor en la leche que en exceso puede detener la actividad bacteriana. Resultado de ello es que está contraindicado en personas que toman anticoagulantes. Esto es porque el kéfir contiene vitamina K, por lo que puede ser perjudicial en personas que están bajo tratamiento con anticoagulantes.