lunes, 28 abril 2025

Estas son las razones por las que no deberías tomar kéfir

A lo largo de los últimos tiempos el kéfir ha ido cogiendo una popularidad entre los usuarios a modo de bebida, puesto que es a base de leche fermentada. No es nuevo su consumo, pero sí la manera en la que se tiende a probar o a hacer uso de ella sin conocer de qué trata ni de cuáles pueden ser sus beneficios o contraindicaciones.

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Como tal, kéfir es un producto lácteo líquido, fermentado y muy aromático, que se obtiene por una doble fermentación: ácido-láctica, por acción bacteriana; y alcohólica, por levaduras. Así, la consistencia y sabor dependen de la fermentación alcohólica, de modo que se puede hablar de un kéfir fuerte, medio y suave. Del mismo modo, también es verdad que algunos kéfires pueden contener graduación alcohólica. Pero no; no son recomendados para todo el mundo. Desde nuestro portal de MERCA2 repasamos por qué no debes tomarlo.

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El kéfir no ayuda a los estómagos sensibles

Estómagos sensibles kefir

Algo importante a destacar es la presencia de lactosa en el kéfir, que determina el tipo de microorganismos que intervendrán en la elaboración del producto y cierra el rango de posibles contaminantes. En su caso, y aunque se dan bacterias que están muy próximas al yogur o a la cuajada, en el primero encontramos algunos hongos unicelulares que le confiere de ciertas particularidades, así como transmite sensaciones distintas a los que lo consumimos.

Entre estos aspectos destaca uno del que ya hemos hecho mención: no es apto para estómagos sensibles. Por lo que si somos bastante de dolores estomacales o de que ciertos alimentos -por muy suaves que sean- nos afectan más de la cuenta, tenemos que decir que el kéfir no ayudará. Porque si bien debería ayudar a la digestión, las personas más sensibles pueden mostrar algunos síntomas adversos. Tanto es así que podrían encontrar malestar abdominal, hinchazón o diarrea.


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