La de pollo al ajillo es una receta clásica de la gastronomía española. El típico plato que seguro que has comido en más de una ocasión en casa de tu abuela. Sin embargo, ¿te sabe igual cuando lo cocinas tú?
Es posible que no, y eso puede deberse a que estás pasando por alto algún paso esencial de esta receta. Para que, a partir de ahora, te quede perfecto, vamos a ver paso a paso cómo debes elaborarlo.
9Un truco extra
Ya te dijimos al principio que no frieras demasiado los ajos. Ten especial cuidado con esto, recuerda que los vas a poner a freír en aceite muy caliente y se pueden quemar antes de que te des cuenta.
Si se queman los ajos, el aceite se va a quedar con un sabor amargo que pasará luego al pollo. En caso de que se te quemen, mejor que deseches tanto el aceite como los ajos y vuelvas a empezar.