Actualmente en España y el resto de Europa, cada seis meses llega el momento de adelantar o retrasar los relojes por el cambio de hora. Sin embargo, esto no ha sido siempre así, pues antes del año 1900 la hora que marcaban los relojes españoles no era la misma para todo el país, dado que cada provincia española, tenía una hora diferente entre sí.
Esta diferencia horaria entre localidades de España en el siglo XIX tenía que ver con que cada municipio, establecía su propio horario, en función a la hora media solar y su situación geográfica.