De la nada, Pepsi pasó a tener la sexta flota naval militar más grande del mundo. En cierto sentido, Pepsi estaba desmantelando a la Unión Soviética más rápido que cualquier otro país.
Para entender cómo Pepsi acabó consiguiendo tener su propia flota naval tenemos que remontarnos a finales de la década de los 50. En esa época Estados Unidos y la URSS buscaron aliviar las tensiones entre ambos titanes mediante un programa de intercambio cultural.
Había elementos de Disney, había ordenadores de IBM y había refrescos de Pepsi. Para Pepsi fue un negocio redondo pero la URSS no tenía con qué pagar esos refrescos ya que el rublo no tenía valor en Estados Unidos.
Pepsi no solamente pasó a tener una flota militar mayor que casi todos los países del mundo, sino que literalmente estaba desmantelando armamentisticamente a la URSS.