Los flamenquines son unos bocados muy típicos de Córdoba, que consisten en trozos de jamón serrano enrollados en cintas de lomo de cerdo con huevo y con pimiento. Después este rollo se reboza en pan rallado y finalmente se fríe en aceite vegetal. Sin duda es un plato contundente, fuerte y calórico, pero que merece la pena disfrutar de vez en cuando. El origen del flamenquín es incierto, aunque según las investigaciones de los expertos, fueron los romanos quienes llevaron la costumbre de comer cerdo a esta zona de Andalucía. Después, en la época musulmana se introdujo la técnica de la fritura, y finalmente los cristianos unieron ambas cosas, incorporando la técnica del rebozado, un punto clave para conseguir un resultado mucho más jugoso.
5FREÍR LOS FLAMENQUINES Y SERVIR CRUJIENTES
Freímos los flamenquines y doramos por todos los lados. Después los vamos depositando en una bandeja sobre un poco de papel absorbente para retirar el exceso de aceite. Se sirven recién hechos, calientes y con el rebozado bien crujiente. Están deliciosos sin nada más, pero se pueden acompañar con un poco de salsa de tomate, tanto mejor si es casera. Es un bocado que gusta a toda la familia y que se pueden servir en el almuerzo. Para completar el menú, podemos servirlos acompañados de una ensalada completa, un poco de arroz blanco o unas ricas patatas asadas.