Hace unos días Netflix sorprendió (para mal) a millones de usuarios adelantando su plan de acabar con las cuentas compartidas. Desde entonces, los suscriptores tienen que elegir la ubicación principal de su cuenta para que todas las personas que vivan en ese hogar puedan utilizarla. La otra opción es pagar un extra para añadir una cuenta adicional de personas no convivientes. Esta es la decisión que ha tomado el gigante streaming para aumentar el número de suscriptores y, por supuesto, de ganancias. Sin embargo, también ha generado una oleada de bajas de personas que han optado por pasarse a la competencia.