Grifols se ha desplomado más de un 6% en Wall Street tras la dimisión de su presidente ejecutivo, Steven F. Mayer, que había aterrizado hace apenas cuatro meses en la compañía. Mayer ha realizado un trabajo durísimo, al tener que despedir a más de 2.300 empleados, una decisión difícil y traumática, pero necesaria para tratar de reflotar a la compañía.
El recorte de personal trajo una subida vertical de dos dígitos en la cotización de las acciones. Sin embargo, esta decisión ha cogido por sorpresa al mercado, especialmente a los inversores norteamericanos que han desatado una avalancha de ventas que ha ido de más a menos en la jornada. A las 18.00 horas, el desplome de Grifols en Wall Street alcanzaba el 9%, para moderarse ligeramente al cierre hasta el 6%.
JARRO DE AGUA FRÍA PARA GRIFOLS
La renuncia ha sido un jarro de agua fría, si bien, Grifols ha dado paso a Thomas Glanzmann, vicepresidente de la compañía desde 2017, para tomar las riendas de la firma de hemoderivados de forma «inmediata».
Mayer ha tratado de acelerar al máximo el plan estratégico de Grifols, enfocado especialmente en el control de la deuda y tratar de impulsar la acción con confianza. No obstante, con él a los mandos Grifols continuó con la decisión de no informar al mercado de los resultados trimestrales de los nueve primeros meses del año. Una decisión que el mercado no encajaba con agrado debido a la falta de información, aunque esta publicación no es obligatoria para los reguladores.
Oficialmente, Grifols ha comunicado que la decisión de Mayer se debe a «motivos de salud» y «otros motivos personales». El nuevo presidente se ha sentado en el consejo de Grifols desde 2006 y Raimon Grifols Roura será el nuevo vicepresidente.
UNA DECISIÓN TRAS EL DESPIDO DE 2.300 EMPLEADOS
La decisión drástica de Mayer se produce apenas siete días después de dar a conocer un plan de ahorro de 400 millones anuales, con el despido de 2.300 empleados, de los que 100 serán en España. Todo un mensaje del nuevo rumbo que toma la multinacional catalana. La mayoría de este recorte iba a recaer sobre su principal mercado, Estados Unidos.
Pero hay esperanzas para el plan puesto en marcha. Grifols recuperaba la sintonía con los inversores, una declaración de intenciones que fue recibida con muy buen agrado. Todo porque tendría «un efecto positivo importante en la compañía y en sus pacientes, donantes, equipo humano y otros grupos de interés».
Con Glanzmann al frente, la compañía no cambia ni de rumbo ni de tercio, sino que «refuerza este compromiso de continuar ejecutando la estrategia de largo plazo de la compañía, creando valor para los accionistas, contribuyendo a reducir los niveles de deuda y optimizando la generación de caja», según ha dado a conocer este martes.
LOS INGRESOS DE GRIFOLS, EN LOS 5.900 M€
Además, la compañía espera asegurar el crecimiento futuro y ha puesto en valor la «experiencia internacional y ejecutiva, además de un amplio conocimiento de la industria del plasma y de la compañía» de su actual presidente.
Este nuevo cambio se produce en el mismo día en el que Grifols ha cerrado un acuerdo extrajudicial para compensar con 16,75 millones de dólares a un grupo de donantes estadounidenses en un tribunal de Illinois por una presunta vulneración de su privacidad. Grifols no había realizado provisión alguna por este asunto, que podría haber costado cerca de 270 millones de dólares.
Además, Mayer se marcha a una semana vista de la presentación de las cuentas. El mercado espera un beneficio de unos 277 millones y unos ingresos de 5.900 millones, según el consenso de Bloomberg. De esta forma, el beneficio se reduciría en un 50% respecto a 2021, un año beneficioso para la compañía.
AKO CAPITAL, UNA NUEVA OPORTUNIDAD EN GRIFOLS
Estos serán los primeros números que ofrezca Grifols desde el pasado mes de junio. La estimación de los analistas ha ido cayendo trimestre tras trimestre, pero se espera un cambio de tendencia en este 2023 a tenor de la creciente subida en Bolsa desde los mínimos de octubre.
No obstante, el bajista AKO Capital sigue al acecho. Desde el pasado 2 de febrero marca a la baja una posición equivalente al 0,82% del capital, a un precio de cierre de 13,82 euros por acción. Por el momento, la posición pierde cerca de un 4%, un nivel que podría recuperar en la jornada de este miércoles a tenor del desplome en Wall Street.