Conectar las dos ciudades más importantes de un país es clave para su crecimiento. Por eso la llegada del AVE, el tren de alta velocidad de Renfe, que conecta Barcelona y Madrid fue -y es- tan celebrada. 15 años después sigue siendo una parte clave del día a día de ambas ciudades, pero ahora la competencia es mucho más complicada, no solo aún existe el famoso puente aéreo entre ambas ciudades, sino que ahora tiene que lidiar con varios competidores en las vías, una pandemia y sus propios proyectos a largo plazo. En este marco, el Puente Áereo de Iberia resiste.
Para los españoles son buenas noticias. Hay más opciones que nunca para realizar el trayecto, los precios han bajado gracias a los nuevos competidores, aunque el de la propia AVE fluctúan entre picos importantes y hay más viajeros que nunca con los pasajeros del año pasado que han usado el tren para atravesarlo superando cómodamente incluso los de 2019. Sin embargo, el buque estrella de la empresa ha tenido que aprender a compartir.
Hay más opciones que nunca para realizar el trayecto madrid-barcelona los precios han bajado gracias a los nuevos competidores
Durante el último trimestre del 2022 un tercio de los pasajeros utilizaron Ouigo, la propia Renfe tiene ahora su propio servicio low cost, y la llegada en diciembre de los trenes de Iryo, que con su cantidad de servicios abordo prometen ser el principal competidor de la empresa histórica en su rango de precios. Aun así, tras celebrar su fiesta de quince años pueden presumir de 140 millones de viajeros, y de haber podido competir de tú a tú con los aviones, cuando los servicios de conexión por el aire existen hace 97 años.
LA ALTA VELOCIDAD COMO CLAVE DE LAS CONEXIONES INTERNAS
Lo cierto es que la alta velocidad puede presumir de muy buena salud en los meses y años pospandémicos. Los viajes de tren son más populares que nunca y el AVE espera incluso aterrizar en Francia antes de terminar el año. Si bien, para la propia Renfe parece complicado que el AVE recupere del todo su mercado histórico, directamente es complicado tener el mismo número de viajeros cuando ya no eres la única empresa en prestar el servicio.
No es como para tener que encender las alarmas. En 2022 el servicio de alta velocidad tradicional de Renfe transportó 12,1 millones de personas entre la capital y la ciudad condal, un número menor que el de 2019 pero mayor a 2021, y considerablemente mayor al que tenían en 2008 cuando empezó el recorrido, apenas 5,70 millones.
Además, pueden presumir de buena fama en época de renovables. Según Renfe, los más 140 millones de viajes han movido sin causar emisiones de CO2, y si estos hubieran realizado el trayecto en coche, las emisiones hubieran sido de 4.705.573 toneladas de CO2, emisiones equivalentes al CO2 absorbido por 47.055.732 encinas a lo largo de 40 años. Un dato que pueden presumir frente a un competidor que tiene mucho más tiempo allí que las otras opciones ferroviarias: el avión.
EL PUENTE AÉREO SE DEFIENDE
A pesar de esta situación, al menos Iberia, sigue presumiendo de la buena salud del famoso puente aéreo y del recorrido en avión. Pero lo cierto es que incluso con números positivos pueden ver como los trenes de alta velocidad se han hecho con una importante cuota del mercado. Si bien el avión tiene la ventaja en cuando a tiempo de traslado la baja de los precios del AVE, así como las opciones de trenes low cost, definitivamente han dejado una marca en su día a día y esto sin contar la quizás injustificada mala fama de la aviación en cuanto a sostenibilidad.
Por ello, desde la aerolínea española han reducido el tiempo de espera que deben afrontar los pasajeros en los aeropuertos, a tan solo 20 minutos, y presentado en invierno una oferta de 700.000 asientos. Además, han recuperado 86 de las frecuencias de esta conexión, y presumen una ocupación cercana al 80%, un dato clave para justificar el servicio frente al crecimiento ferroviario.
Lo cierto es que la convivencia ha sido relativamente llevadera. Iberia defiende sus servicios en el ámbito corporativo y una recuperación de los servicios pasajeros, aunque por supuesto deben asumir que ya no son el hijo favorito de los españoles en este trayecto, y una vez que los de Francia y París estén funcionando tendrán que afrontar una situación parecida.
EL AVE YA APUNTA A PARIS
La duda que pueden tener en Iberia y las demás aerolíneas es si se repetirá el éxito de la alta velocidad cuando ponga marcha a destinos internacionales. Uno de ellos es el proyecto parisino de la empresa, que también tiene planes para llegar a otros destinos franceses, Lyon y Marsella, durante el verano.
Si pueden repetir el éxito que ha tenido el AVE y la alta velocidad en estos 15 años quizás puedan cambiar también la idea de que al resto de Europa se tiene que ir en avión. Solo el tiempo lo dirá.