El precio de todo está por las nubes, incluyendo el de las energías como el gas o la luz. Precisamente nuestro consumo es más elevado cuando las temperaturas son algo más extremas, por ejemplo en los días más fríos del invierno y en las olas de calor del verano. Esto significa que a veces tenemos que elegir entre pagar mucho más y tener que recortar de otras cosas, o poder disfrutar de un ambiente agradable en casa. Sin embargo, existen pequeños trucos que apenas requieren esfuerzo con los que podemos ahorrar entre 20 y 70 en electricidad.