Uno de los propósitos de muchas personas después de las fiestas navideñas es perder esos kilos de más que se han acumulado tras varias semanas de comilonas excesivas. Los dos elementos clave para mantener el peso, en cualquier edad, son la nutrición y la actividad física. La máxima común es que para controlar el peso, la energía que se ingiere debe estar equilibrada a la cantidad de energía que se consume. Esto implica tener una alimentación equilibrada y hacer ejercicio de forma regular. Estos buenos hábitos deberían integrarse desde la infancia para poder disfrutar de una buena salud en el futuro. Sin embargo, cada etapa vital tiene sus necesidades.
5A LOS 50 AÑOS
En esta etapa el metabolismo comienza a ralentizarse. La energía que el cuerpo necesita para su funcionamiento se empieza a reducir poco a poco a partir de los 50. Esto provoca que cambie la composición corporal y que las necesidades calóricas sean mucho más bajas. Por eso es necesario adecuar la nutrición al gasto calórico. A esta edad muchos hombres acumulan grasa visceral en el abdomen que incrementa el riesgo de enfermedad cardiovascular. En las mujeres puede manifestarse la osteoporosis. En ambos casos el cuerpo responde muy bien a una rutina de ejercicios tanto de fuerza como cardiovasculares. También se recomiendan estiramientos como los que se hacen en yoga, pilates o tai chi, que favorecen la movida articular.