Uno de los propósitos de muchas personas después de las fiestas navideñas es perder esos kilos de más que se han acumulado tras varias semanas de comilonas excesivas. Los dos elementos clave para mantener el peso, en cualquier edad, son la nutrición y la actividad física. La máxima común es que para controlar el peso, la energía que se ingiere debe estar equilibrada a la cantidad de energía que se consume. Esto implica tener una alimentación equilibrada y hacer ejercicio de forma regular. Estos buenos hábitos deberían integrarse desde la infancia para poder disfrutar de una buena salud en el futuro. Sin embargo, cada etapa vital tiene sus necesidades.
3A LOS 30 AÑOS
A partir de los 30 años comienza progresivamente el “declive”. Aparecen algunos signos de envejecimiento, como arrugas, canas o caída del pelo, así que es normal comenzar a preocuparse un poco más por la salud. Esta mayor conciencia de la importancia de cuidarse hace que la prevalencia de obesidad en esta etapa sea menor que en la anterior. Es el momento adecuado para modificar hábitos y establecer costumbres saludables. Los hábitos que nos se modifiquen ahora serán mucho más difíciles de cambiar en el futuro. Es importante evitar la comida rápida y los procesados, y decantarse por productos naturales, dejando más espacio a las proteínas. También es el momento de empezar hacer ejercicio cardiovascular o de fuerza para mantener la masa muscular.