Un bloque de siete países liderado por Alemania ha remitido este jueves una carta a la Comisión Europea en la que reclama una reforma del mercado eléctrico limitada que mantenga los beneficios reportados por el sistema en la última década y que no comprometa los objetivos climáticos y energéticos de la UE, un planteamiento contrario al de países como España, que aboga por una revisión estructural.
La carta, también suscrita por Dinamarca, Países Bajos, Finlandia, Luxemburgo, Letonia y Estonia, destaca la resistencia del mercado eléctrico ante la crisis derivada del ataque de Rusia a Ucrania y recuerda que su integración ha reportado «enormes beneficios» a la UE que ascienden a 34.000 millones de euros anuales en la última década.
Entre esos «beneficios», los países subrayan «precios mayoristas más bajos, mayor seguridad de suministro y la posibilidad de integrar a gran escala las energías renovables», por lo que piden que la reforma del mercado de la electricidad se evalúe en función de su contribución a estos tres objetivos clave.
«Es crucial que los intentos de abordar el reto de los precios asequibles de la electricidad y la seguridad del suministro no pongan en peligro los esfuerzos de descarbonización y el buen funcionamiento del mercado de la electricidad», señala la carta, que incide también en que «cualquier cambio en el diseño del mercado de la electricidad de la UE debe ser selectivo, basarse en una evaluación de los impactos y guiarse por una serie de principios clave».
Para alcanzar los objetivos climáticos, el bloque señala que la UE necesita 487.000 millones de euros anuales de inversión en energías renovables entre 2021 y 2030 y que su ejecución requiere un marco de mercado «fiable, predecible y sólido que garantice la confianza de los inversores y que aborde tanto la capacidad renovable como la capacidad segura», dado que «los retos geopolíticos han dejado aún más clara la importancia de un entorno de inversión competitivo en la UE.
Por esta razón, el bloque se muestra «escéptico» a la hora de convertir las limitaciones generales de ingresos introducidas por el marco temporal de emergencia en una función permanente del mercado regular, ya que advierten de que esto podría «comprometer» la confianza de los inversores en las inversiones necesarias.
La Comisión Europea deberá presentar en marzo una propuesta para rediseñar el mercado de energía del bloque después de que la invasión rusa de Ucrania haya disparado los precios del gas, un debate al que países como España o Francia han hecho sus propias aportaciones y al que ahora, con esta carta, se suman otros seis.
Por su parte, la propuesta española sugiere la compra de energía a plazo para reducir la volatilidad y el precio de la electricidad con el objetivo desvincular el coste de la energía renovable de los precios del gas pero mientras se diseña un nuevo sistema –España ha sido el primer país en trasladar una propuesta a Europa–, el Gobierno también ha pedido a Bruselas una prórroga del mecanismo ibérico del tope al gas para poder seguir abaratando los precios finales al consumidor ante el encarecimiento del gas natural.