Ford y Ferrari, pocas veces podemos ver un acercamiento tan opuesto en la industria del automóvil como el de estos dos grandes. Ford será siempre reconocida por la producción en serie para toda la industria.
Ferrari por su parte tenía un enfoque opuesto, su objetivo era crear muy pocas unidades destinadas a las carreras y tuvo que producir modelos de calle para “sostener” su programa de competición.
La historia es simple, Ford quiso comprar Ferrari. Don Enzo se mostró muy interesado, pero a último momento declinó la oferta.
Usó el mismo procedimiento con FIAT, con quién sí cerró el acuerdo preservando la identidad italiana de su marca. Henry Ford II estalló de ira y creó un plan para vencer al cavallino en su propio juego invirtiendo una colosal fortuna y dándonos como resultado al genial GT40.
Tras un par de años de frustración, consiguió 4 victorias consecutivas en las 24 horas de Le Mans y Ferrari no volvió a ganar nunca más en las 24 Horas más famosas del automovilismo.