Todos lo hemos hecho o lo hacemos con asiduidad o incluso a diario. Mascar chicle es tan habitual en casi cualquier edad que se nos hace difícil no dejarlo. Primero porque es algo que nos entretiene, es gustoso por su sabor y ayuda normalmente a calmar nervios. Nos viene a la imagen el típico entrenador mascando sin parar o un músico en pleno concierto. Para muchos es sinónimo de mala educación o chulería, pero está claro que todos hemos sido asiduos al chicle, sobre todo en la infancia, y en muchos casos se ha ido extendiendo durante toda nuestra vida. Si les dices que es mejor dejarlo, igual te miran raro y te dicen que con el tabaco o el alcohol, vale, pero ¿con los chicles? Pues veamos por qué.
2EL CHICLE, ENEMIGO DE TU MANDÍBULA
Puede soñar a chiste pero es un tema muy serio. Es el primer problema de mascar chicle, un problema fisiológico. Y es que si el chicle forma parte de tu vida a la larga afectará negativamente a tu mandíbula, descolocándola. El dentista te puede dar muchas respuestas al respecto y la relación con la posición de los dientes, alineación, etc.
Y por supuesto, si ya previamente tienes problemas en la articulación temporomandibular (ATM), el chicle pueden empeorar de su dolencia. También aquellos que sufren bruxismo o que llevan brakets de ortodoncia, ya que el chicle puede engancharse en los alambres y deteriorarlos. Del mismo modo, mejor evitarlos también si llevamos algún empaste, ya que la goma puede levantar las obturaciones.