Muchas personas al ver sangre no pueden evitar marearse y encontrarse mal. En algunos casos, sólo con pensar en ella pueden llegar a sufrir de malestar, ansiedad, o dolor de cabeza. En otros casos la gravedad es más severa y puede incluso producir desmayos. Lo importante aquí, y lo más interesante, es que el hecho de observar agujas, sangre, vísceras o heridas, produce en algunas personas una reacción fisiológica concreta y bien caracterizada por la ciencia. La buena noticia es que, esta reacción, puede llegar a ser controlable y se puede superar. En este artículo te contamos el truco para que nunca vuelvas a desmayarte al ver sangre.
6Las consecuencias de este tipo de fobias
Tener fobia a la sangre tiene consecuencias negativas sobre la calidad de vida de las personas que la padecen. Se trata de personas que suelen evitar intervenciones médicas importantes para su salud (por ej: transfusiones de sangre, operaciones, etc.) o embarazos, dejar de lado sus estudios (por ej: medicina, enfermería), no visitar a familiares hospitalizados, etcétera.
Si eres padre o madre, también tendrás limitaciones a la hora de atender a tus hijos cuando se hagan alguna herida, por muy superficial que sea. También podrías exagerar cada vez que tengan una pequeña herida y llevarlos inmediatamente al hospital, generando así un temor y una ansiedad innecesaria en los niños.