Muchas personas al ver sangre no pueden evitar marearse y encontrarse mal. En algunos casos, sólo con pensar en ella pueden llegar a sufrir de malestar, ansiedad, o dolor de cabeza. En otros casos la gravedad es más severa y puede incluso producir desmayos. Lo importante aquí, y lo más interesante, es que el hecho de observar agujas, sangre, vísceras o heridas, produce en algunas personas una reacción fisiológica concreta y bien caracterizada por la ciencia. La buena noticia es que, esta reacción, puede llegar a ser controlable y se puede superar. En este artículo te contamos el truco para que nunca vuelvas a desmayarte al ver sangre.
5Hombres y jóvenes, los más vulnerables
La tasa de desmayos, según algunos autores, llega a ser de hasta el 80%. Teniendo en cuenta que la prevalencia es de alrededor del 40% de la población. De esta forma, según las estadísticas, hay mucha gente que se desmaya con la sangre. Además, un estudio indica que el 71,7 % de los que las padecían, tanto hombres como mujeres, tenían menos de 30 años. Y lo que es más curioso, la inmensa mayoría de los donantes que sufrían molestias con las transfusiones eran hombres (en el 96.1 % de los casos). Por suerte, solo el 0,017 % de los donantes (15 de 88.201) sufría un desmayo.