Muchas personas al ver sangre no pueden evitar marearse y encontrarse mal. En algunos casos, sólo con pensar en ella pueden llegar a sufrir de malestar, ansiedad, o dolor de cabeza. En otros casos la gravedad es más severa y puede incluso producir desmayos. Lo importante aquí, y lo más interesante, es que el hecho de observar agujas, sangre, vísceras o heridas, produce en algunas personas una reacción fisiológica concreta y bien caracterizada por la ciencia. La buena noticia es que, esta reacción, puede llegar a ser controlable y se puede superar. En este artículo te contamos el truco para que nunca vuelvas a desmayarte al ver sangre.
2Los síntomas de la fobia a la sangre
Lo que hace única a la fobia a la sangre es que las crisis que produce terminan desembocando en desmayos con bastante frecuencia, algo que no ocurre en otros tipos de fobias. El miedo que está detrás de esta fobia no tiene que ver con el dolor físico en sí, sino con la idea de la sangre fluyendo y derramándose. Se trata de un terror más irracional que práctico, ya que de lo que se huye no es de las situaciones que ponen en peligro nuestra vida o la de alguien, sino de las señales de estas situaciones potencialmente peligrosas.