Acostarse tarde de forma habitual implica restarle horas al sueño, lo cual suele terminar afectando a nuestra salud, de una forma o de otra. La falta de sueño no se marca con una cifra específica, basta con no dormir lo suficiente. Un descanso ideal oscila entre las 7-9 horas diarias para las personas adultas, así que dormir menos de estas horas de forma constante, significa que se está teniendo falta de sueño. Excepto que formemos parte del grupo de “sueño corto”, al que solo pertenecen un 10% de la población que tiene un gen específico gracias al cual solo necesitan dormir 4 o 5 horas.
4PÉRDIDA DEL DESEO SEXUAL
Acostarse tarde y dormir menos horas de las que se consideran saludables, provoca que durante el día la persona disponga de menos energía y tenga un humor fácilmente irritable. Debido a esto, es habitual que se pierda también el interés por buscar actividades placenteras, algo que repercute también en la libido.
Esto se demostró en una investigación que se publicó en The Journal Of Sexual Medicine, donde se demostró que la respuesta sensorial en el clítoris disminuía considerablemente en las mujeres que dormían poco. Así mismo, se comprobó que los niveles de testosterona eran más reducidos en los hombres que con falta de sueño.