Con la llegada de las nevadas y el frío polar del invierno, es importante tomar algunas precauciones en casa para pasar la ola de frío con las mínimas molestias posibles. Uno de los problemas más recurrentes con el frío son las cañerías, que pueden verse afectadas por las heladas y ocasionar problemas domésticos bastante molestos. Por eso es recomendable seguir algunos consejos, en especial cuando se trata de casas con bastantes años, segundas viviendas que solo se usan de forma puntual y en residencias en zonas rurales o de montaña con una climatología más extrema.
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QUÉ HACER SI YA SE HAN CONGELADO
A pesar de todas estas precauciones, puede ocurrir el frío termine congelando el agua dentro de las cañerías. ¿Cómo lo sabremos? Si abrimos los grifos y apenas sale un hilo de agua o notamos que la presión cae de forma repentina, es que hay algún tramo congelado. Estos son los pasos que debemos seguir:
- Comprobar todos los grifos de casa para asegurarnos.
- Cerrar el paso del agua con la llave principal
- Identificar cuál es la tubería congelada y tratar de calentarla con una almohadilla térmica, un calefactor o un secador de pelo. Jamás se debe usar un soplete, que puede provocar un incendio.
- Puede que la tubería congelada esté en un lugar inaccesible. En este caso habrá que llamar a un fontanero profesional.
- Mientras intentamos descongelar la tubería, debemos dejar abierto el grifo más cercano. A medida que el hielo se vaya deshaciendo, el agua empezará a fluir mejor.
- Antes de volver a abrir el paso del agua, conviene revisar todas las tuberías para comprobar que no están dañadas, agrietadas o reventadas.
- Si estalla una tubería y provoca daños por agua, tocará contactar con la aseguradora.