El mes de enero llega con la primera gran borrasca del invierno, que traerá a la península una masa de aire polar que dejará a su paso temperaturas muy bajas, nevadas abundantes, lluvias intensas y vientos huracanados. Aunque durante esta temporada la movilidad en carretera es mucho más baja que en otras estaciones, el número de siniestros también es elevado porque las condiciones meteorológicas incrementan considerablemente los riesgos. La lluvia, el hielo, la nieve y el viento son fenómenos que hacen que la conducción es más peligrosa, y puede hacernos enfrentar situaciones complicadas con maniobras más difíciles de lo normal. Bien es cierto que no existe el riesgo cero cuando se está al volante, pero sí podemos reducir mucho la peligrosidad si seguimos algunos consejos.
6IR BIEN EQUIPADO
Si vamos a conducir en días de temporal y nevadas, conviene llevar todo lo necesario dentro del habitáculo. Además del chaleco reflectante, hay que llevar una manta, una espátula para el hielo, una linterna con pilas y nunca está de más incluir un botiquín con los materiales para primeros auxilios. También conviene llevar el depósito lleno y llevar la batería del móvil cargada, incluso se puede llevar una batería portátil, por si en algún momento necesitamos hacer una llamada de emergencia y o si necesitamos utilizar el geolocalizador para ubicarnos.