Los mercados empiezan a dar por hecho que la inflación ha tocado techo y la gran banca considera que en los próximos meses se confirmará la tendencia a la desaceleración del ritmo de subidas del nivel general de precios. El dato de IPC de diciembre de Estados Unidos –con una bajada mensual del indicador subyacente, que descuenta alimentos y energía– ha dado alas a unos inversores que esperan que la Reserva Federal vaya poniendo fin a su política monetaria restrictiva. Sin embargo los hogares es ahora cuando más sufren los efectos de la inflación, al haberse enquistado, sobre todo en España, donde la subyacente supera a la general situándose en el 7%, la tasa más alta desde noviembre de 1992.
LA GRAN BANCA SE PREPARA
Con este panorama afrontamos el final del ciclo económico expansivo, que debería haber llegado antes si los alquimistas monetarios hubieran permitido que se produjeran los necesarios ajustes tras más de una década de rescate permanente usando la pólvora (mojada) de la banca central. Incluso el sector inmobiliario, que ha servido de refugio a muchos ahorradores, se prepara para aterrizar mientras la banca hace caja gracias a las hipotecas y se prepara –en secreto– para el aluvión de morosidad.
Si miramos a las bolsas, la semana terminó con una sesión de subidas moderadas en Europa pero con un tono más negativo en EEUU, después de que los grandes bancos comenzaran a publicar resultados, anunciando despidos y aumento de provisiones.
Como señalan los analistas de Singular Bank, «todos ellos han coincido en resaltar las grandes incertidumbres para su negocio en 2023 en el contexto de desaceleración de la economía. En este sentido, aunque los datos de actividad del cuarto trimestre han sido positivos, los beneficios se han resentido de la elevación de los niveles de provisiones para anticipar los riesgos en los próximos trimestres».
la gran banca cree que aunque la fed suba los tipos 25 puntos básicos en las próximas reuniones ee.uu. entrará en recesión
Es decir, que la gran banca de inversión cree que aunque la Reserva Federal decida elevar los tipos de interés 25 puntos básicos en la próxima reunión de final de enero y repita la operación en las dos citas siguientes, la primera economía del mundo entrará en recesión. Una previsión que contrasta con el crecimiento del PIB en el cuarto trimestre, que según la estimación que hace la FED de Atlanta (en su famoso GDP Now), ha sido del 4,1% anualizado.
RICITOS DE ORO, PERO SIN COMIDA
Lo que esta sucediendo al otro lado del charco debería servir de guía al sector financiero español, que de momento parece hacer oídos sordos. El Banco Central Europeo (BCE) lleva meses pidiendo a las entidades financieras que aumenten su capital, reservando parte de sus crecientes ganancias para cuando vengan las vacas flacas. En todo cambio de ciclo sucede lo mismo, debe ser que a los directivos bancarios no les contaban cuándo eran niños la fábula de la cigarra y la hormiga. Ellos prefieren el de ricitos de oro.
En España el mayor problema en estos momentos lo tiene el sector agrícola, con una producción que se desploma casi un 25% y augura futuras subidas de precios que seguirán presionando las maltrechas economías domésticas. El Gobierno y los analistas del sector atribuyen esta caída al encarecimiento de las materias primas y al cambio climático, eludiendo el factor fundamental: que los burócratas han matado al campo metiéndolo en la jaula de oro de la subvención y la planificación económica. Mirando hacia otro lado cuando algunos supermercados, como Carrefour, el «amigo» de Yolanda Díaz disparaba sus márgenes.
Si miramos al sector industrial la cosa no está mucho mejor. Nadie entendía cómo el Índice General de Producción Industrial (IPI) crecía mes tras mes en medio de la crisis energética y el último dato publicado hace unos días, de cierre noviembre, pone las cosas en su sitio. La reducción del 1,8% interanual es la mayor que se produce desde octubre del pasado año, destacando el desplome de la producción de bienes de consumo duradero. En otras palabras, la industria vuelve a ser un lastre para el crecimiento del PIB.
CHINA CRECE, OJO A LAS MATERIAS PRIMAS
En el plano internacional las miradas siguen puesta en China, que ha levantado las restricciones covidianas antes de lo esperado por Occidente, con una inflación controlada y un compromiso gubernamental de apoyo a la actividad industrial. Estos elementos, como explica Allianz Global Investors, «harán que en el primer semestre se pueda esperar un rebote más fuerte de lo anticipado en las actividades económicas y el crecimiento probablemente se recuperará a su nivel potencial (4,5% – 5%) o superior en 2023″.
Ojo porque si la economía china crece con mayor rapidez esto implicará una mayor demanda global de materias primas, lo cual podría borrar –o al menos reducir– los efectos beneficiosos que la destrucción de la demanda occidental, provocada por los bancos centrales, tiene sobre la inflación. Podríamos ver repuntes en los índices generales de precios, sobre todo de los hidrocarburos. Recordemos que en estos momentos, según los cálculos de UBS, el 43% de la inflación en la eurozona se debe a la energía (por eso ahora baja), frente al 18% de EEUU.
DAVOS 2023: HACIA UNA «GOBERNANZA GLOBAL»
En cuanto a la agenda semanal, la plana mayor del mundo político, económico y financiero se encontrarán en la reunión anual del Foro Económico Mundial en Davos. Los alpes suizos vuelven a ser el lugar de encuentro para este aquelarre globalista, mediante el cual los que gobiernan el mundo nos quieren convencer a los pobres mortales de la necesidad de poner fin a las soberanías nacionales para solucionar los problemas que ellos mismos han creado. El lema de este año es «cooperación en un mundo fragmentado».
No estamos hablando de promotores de la globalización, sino de ingenieros sociales que quieren controlar este proceso de apertura de fronteras en su propio beneficio, para lo cual cuentan con la inestimable ayuda de unas multinacionales que esperan mantener a raya a la competencia y chupar del Presupuesto gracias a los privilegios estatales. Hasta que no entendamos la diferencia entre globalización y globalismo seguirán metiendo la mano en nuestras carteras mientras nos pasan la mano por el hombro.
En cuanto a las claves macroeconómicas, esta semana se publicarán múltiples indicadores de la economía china al cierre de diciembre (producción industrial, ventas minoristas, crecimiento de inversión en activos fijos). Así como el Índice ZEW de la confianza económica de la Eurozona. En EEUU conoceremos la evolución de las ventas minoristas y las estadísticas del mercado inmobilario, cuya evolución es otro gran quebradero de cabeza para las autoridades del país.
También habrá que estar atento a Japón que vive un nuevo episodio de miedo en su crisis permanente provocada por seguir fielmente los principios de la Teoría Moderna Moderna (MMT, por sus siglas en inglés), esa que dice que el déficit y la deuda pública no importan. Que se lo digan a los ciudadanos del país nipón y a su banco central, que ya no sabe como estimular una economía catatónica que sobrevive gracias a la capacidad de sacrificio de unos hogares que llevan tres décadas cargando sobre sus hombros esta cruz.