Podemos asegurar, sin miedo a equivocarnos, que las albóndigas son uno de esos platos que le gustan a todo el mundo. Es una receta tradicional que consiste en pequeñas bolitas de carne (aunque se pueden hacer deliciosas alternativas vegetales) condimentadas y servidas con una rica salsa. Existen un montón de variaciones de este plato y realmente sea cual sea el ingrediente principal o la forma de preparación siempre quedan ricas. Hoy queremos traer una opción un poco más ligera, para empezar el año comiendo bien, pero sin renunciar los sabores que más nos gustan. Algo que es posible, simplemente haciendo unos cambios.
4DAR FORMA A LAS ALBÓNDIGAS

Una vez lista la masa, tapamos con un papel film y dejamos reposar unas horas en el frigorífico para que la carne absorba todos los sabores de las especias y las hierbas. Si podemos preparar la mezcla el día anterior, el resultado será inmejorable. Transcurrido el tiempo de reposo formamos bolitas con la masa, aproximadamente del tamaño de una pelota de ping pong. Después forramos una bandeja de horno con un poco de papel vegetal y vamos disponiendo las albóndigas, bien alineadas. Una vez listas, las pintamos con un poco de aceite de oliva virgen extra.