El Banco de España ha entrado en pérdidas este 2022 y se espera que la situación se prolongue al menos hasta 2025. La razón es que los ingresos provenientes de los intereses de la deuda de la Eurozona se encuentran en niveles del 0%, mientras los pagos por los depósitos se han disparado por las últimas subidas de tipos de interés, en el 2,5% a nivel general y en el 4% para los intereses de demora.
Desde el 2012, el Banco de España ha lidiado con este equilibrio sin asumir coste alguno. Fue el año en el que Mario Draghi, entonces presidente del Banco Central Europeo, pronunció no sólo sus mágicas palabras -«el BCE hará lo necesario para salvar al euro»-, sino que fabricó una bomba de relojería: la mayor burbuja de bonos de la historia y que está a punto de estallar en este 2023.
Hasta julio de este año, el Banco de España no tenía riesgo alguno con esta operativa. Comprar deuda al 0% y pagar un 0% por los depósitos bancarios. En teoría, tablas para el balance. Sin embargo, el Banco Central Europeo, con Christine Lagarde a la cabeza, no ha medido bien la inflación, desbocada desde hace año y medio y no desde la invasión de Rusia a Ucrania, como afirman economistas y políticos.
DE NO SUBIR LOS TIPOS A UN PRECIO DEL EURO DEL 4%
«No habrá subida de tipos de interés en 2022», aseguró al menos en tres ocasiones durante el primer semestre del año pasado. Palabras que se desmintieron en julio con sus propios hechos al emprender la política monetaria más agresiva de la historia de este organismo. En concreto, los tipos de interés oficiales se sitúan en el 2,5% e irán en aumento al menos durante la primera mitad del año, como mínimo. Todo con el fin de atajar el ritmo de subida de precios y cumplir el mandato único de mantenerlos estables en niveles cercanos al 2%.
Es muy difícil pensar que si otras potencias, como Alemania y Reino Unido, sí que verán una contracción en su actividad económica, España vaya a ser capaz de crecer solo a base de un sector servicios muy volcado en la llegada de turistas
Este objetivo está aún muy lejos debido a que la inflación en la Eurozona se sitúa en 10%. Todo ello, con una curva de tipos invertida desde hace meses, uno de los síntomas más destacados de recesión.
«La deuda es gran problema que terminará estallando tarde o temprano, básicamente porque se gasta más de lo que ingresa», ha sostenido Diego Morín, analista de IG Markets sobre un posible rescate del Banco de España. «El BCE no podrá mantener este ritmo», ha considerado.
EL BCE ELIMINA SU PAPEL DE SALVADOR Y ATIZA AL BANCO DE ESPAÑA
«La deuda pública de Italia o Grecia se ubican en el 177% y 237% del PIB, respectivamente mientras que España en el 111%», ha recordado. En este sentido, ha señalado que las primas de riesgo se mantienen «estables» gracias al BCE, pero «considero que la situación que se aproxima será una tormenta fuerte y prolongada en Europa, incluso más que la vivida en el año 2011, por lo que las consecuencias serán graves para el país, ya que es un agujero difícilmente salvable y que no para de crecer».
A su juicio, «se vienen meses duros para las economías mundiales, especialmente en Europa con una crisis energética compleja y un guerra que empujará a la zona euro a una fuerte recesión». No obstante, una bajada significativa de la inflación supondría un soplo de aire fresco para las Bolsas, sin embargo, Morín considera este escenario «complicado, pero que provocaría un freno a las políticas de endurecimiento de los bancos centrales».
En esta situación, el Banco de España ha deteriorado gravemente su balance y la probabilidad de un rescate aumentará cuando el BCE deje de comprar deuda de España. Se espera que el organismo europeo reduzca sus compras en 200.000 millones de euros, una situación que presionará al alza las primas de riesgo en los países, más cuando la operación venga acompañada de nuevas y renovadas subidas de tipos de interés. Se estima que el BCE dejará el interés oficial del euro en el 4%, mientras que la inflación se mantendrá muy por encima de los objetivos fijados, en el 5,5% a lo largo de este año.
DE COS NIEGA LA RECESIÓN, MIENTRAS LOS MOTORES DE EUROPA SE PARAN
La situación de la economía española, por más que el gobernador de la institución encargada de velar por las entidades financieras niegue lo contrario, está más que comprometida. Según Pablo Hernández del Cos, España no entrará en recesión, pese a que este escenario se materializará en las principales economías europeas. La probabilidad de recesión se ha disparado al 100% para septiembre de este mismo año en EE UU y si se cumple la teoría, Europa entrará en el primer semestre.
Sin embargo, tanto la OCDE como el Gobierno y el Banco de España niegan que la economía nacional registre recesión alguna. Un nuevo milagro, como el de la Champions League del PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero que después resultó ser un espejismo en un desierto. La economía española crecía por la inercia de la mayor burbuja inmobiliaria de la historia para después tener que ser rescatada con una prima de riesgo de casi 500 puntos básicos y un interés del 7%. Por medio quedaron en el camino la mitad de las entidades financieras y se destruyeron millones de puestos de trabajo. Los niveles de paro se dispararon hasta rozar el 30% y casi seis millones de personas se encontraban sin empleo.
Las mismas campanas de 2007 vuelven a repicar ahora. «España crece más que ningún otro país de la Eurozona» o «España liderará el crecimiento» son dos de las premisas con las que trabaja el Gobierno en su año electoral. La realidad es que la economía española está aún por debajo de las cifras de 2019, mientras otros países ya las han superado. Eso sí, todo el foco se centra en la deuda. La economía soporta un endeudamiento del 111% del PIB y sin la ayuda del BCE lo va a pasar mal.
EL BANCO DE ESPAÑA ASUMIRÁ PÉRDIDAS DURANTE LOS PRÓXIMOS AÑOS
Pese al optimismo mostrado durante este año, incluyendo a Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España, el riesgo de una recesión en España es real, como lo es un posible rescate del supervisor bancario. En primer lugar, la deuda que ostenta la entidad pública registra un rendimiento prácticamente nulo, mientras que tendrá que abonar por los depósitos a los tipos oficiales del Banco Central Europeo (BCE). Esta situación se registra desde julio del pasado año y ha desencadenado pérdidas para el organismo. De hecho, los números rojos se extenderán a lo largo de los próximos dos años, encadenando así un trienio en negativo.
Ante esta situación, los recursos propios del Banco de España profundizarán su caída debido a las pérdidas acumuladas por la acción del Banco Central Europeo desde 2012. Pese a las pérdidas, el funcionamiento del Banco de España continuará invariable, pero su imagen ante los mercados e inversores quedaría muy deteriorada. ¿Se puede mantener credibilidad alguna en un organismo con pérdidas?. La situación ya está presente en otros reguladores de la Eurozona, como Países Bajos y Bélgica, cuyos gobernadores advierten de la posibilidad de un rescate.
EL BANCO NACIONAL DE HOLANDA, ABOCADO AL RESCATE PÚBLICO
«DNB -banco nacional de Países Bajos- Está experimentando las consecuencias financieras de este cambio de tendencia en la política monetaria», afirmó el organismo en una carta enviada al primer ministro de ese país el pasado 9 de septiembre. «Tras el cambio rápido e inesperado de la inflación y las subidas de tipos de interés, el organismo se enfrenta a los incrementos de las tasas que paga sobre los depósitos que tienen los bancos en el DNB. Al mismo tiempo, sus ingresos por la compra bonos no está subiendo en paralelo». Este diferencial entre las tasas pagadas y las recibidas es particularmente amplio debido a los programas nacionales de compra de deuda por los efectos de la pandemia.
«Todos los bancos centrales que implementan programas de compras, tanto en la zona del euro como más allá, se enfrentan a estas consecuencias negativas», aseguró hace tres meses. Una alerta que también ha explicado el BdE en su última intervención en el Congreso, si bien niega que España entre en recesión. Asimismo, las pérdidas son mayores para los bancos nacionales que han comprado bonos con la mejor calificación, son países que ofrecen tasas muy bajas de interés. Ahora, esta deuda está generando costes financieros importantes.
EL BANCO DE ESPAÑA PAGA AHORA LAS CONSECUENCIAS DEL BCE
Hasta ahora, los bancos nacionales de la Eurozona no tenían ningún tipo de riesgo ni tampoco consumían capital por la compra de deuda de la región. La operativa era sencilla. La deuda pública presenta un tipo del 0% e incluso en negativo, mientras que el coste de los depósitos era también muy favorable. Con la irrupción de la pandemia, no obstante, los balances se fueron deteriorando en el Banco de España, pero el «riesgo nulo» de la deuda de la Eurozona alejaba cualquier escenario adverso. Nadie iba a prever, sin embargo, una inflación desbocada desde finales de junio de 2021. Desde ese mes, los precios emprendieron un fuerte ritmo de crecimiento, especialmente por las tensiones ocasionadas por el lado de la oferta.
Para hacer frente a estas pérdidas, el Banco de España cuenta con un nivel de provisiones cercano a los 31.000 millones de euros, un colchón que cubrirá los números rojos para dar como resultado un beneficio nulo. Es decir, como los consumidores, el Banco de España hace frente a esta situación con recursos propios. ¿Podrá mantenerse así en el tiempo?
EL CONTROL DE LA INFLACIÓN, LA ÚNICA TABLA DE SALVACIÓN DEL BANCO DE ESPAÑA
Por ahora, la liquidez del supervisor sería suficiente, siempre y cuando la inflación se controlara, pero eso está por ver. Las estimaciones apuntan que los precios repuntarán con fuerza debido ahora a los temidos efectos de segunda ronda, como las subidas de salario que permiten no perder poder adquisitivo pero al mismo tiempo no sólo no frenan la inflación sino que le insuflan oxígeno.
El propio Banco de España alerta de esta situación en uno de sus últimos informes públicos. «Un aumento no esperado de la inflación también tendría un efecto adverso sobre la rentabilidad real para los tenedores de bonos», afirma. «El impacto podría verse amplificado si esta perturbación se traduce en un incremento de la prima de riesgo, que podría generarse como consecuencia del posible deterioro en la capacidad de repago de las deudas de los emisores, vinculado, por ejemplo, a un aumento de su coste», ha sostenido.
EL DINERO VUELA A ALEMANIA Y EL TARGET 2 EMPEORA LAS CIFRAS EN ESPAÑA, ITALIA Y EL BCE
Otra de las cifras que asusta a analistas e inversores en España son los saldos del Target 2. Este indicador, que se modificará en marzo de este año, se utiliza tanto por el Banco Central Europeo como por las entidades financieras para procesar los pagos en euros y hacer las transacciones con seguridad. Se trata de un mercado integrado y mide el flujo de dinero entre países -el total recibido menos el enviado-, un balance que se anota después en los bancos centrales nacionales. Así, si las entidades de crédito han enviado más dinero a través del Target2 del que han recibido, el banco central del país tendrá un saldo negativo. En cambio, si ha recibido más del enviado, el saldo es positivo. Así, si Alemania envía 120 euros a España, y éste hace entrega de 30, el saldo será negativo para los germanos en 90, mientras que nuestro país se anota de forma positiva esa cantidad.
En el caso de España y con datos de noviembre del pasado año, el saldo es negativo por 467.800 millones de euros, frente a un saldo positivo alemán de 1,234 billones. La situación en Italia va a peor, con un saldo negativo de 659.700 millones. En el caso del BCE, la cifra es negativa por 369.000 millones, siendo la tercera por la cola. Esta cifra muestra que el dinero busca refugio en Alemania, mientras huye de los países con mayores problemas de deuda de la Eurozona.
«Es muy difícil pensar que si otras potencias, como Alemania y Reino Unido, sí que verán una contracción en su actividad económica, España vaya a ser capaz de crecer solo a base de un sector servicios muy volcado en la llegada de turistas», ha apuntado. «Aunque no se entre en lo que se conoce como recesión técnica (dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo), sí que podemos esperar crecimientos en torno a cero en algún trimestre», ha finalizado.