Banco Santander y BBVA, como el resto de entidades financieras, encaran 2023 con el mayor ritmo de subidas de tipos de interés en Europa y en EE UU de la historia ante una inflación galopante mundial y el riesgo de recesión, cuya probabilidad de entrada está disparada a doce meses vista.
En este 2022, la gran banca cotizada en el Ibex 35 ha registrado un tono mixto, con Banco Santander a la baja, una ligera caída del 5% desde enero y una subida de casi el 20% desde mínimos. BBVA, por su parte, ha cerrado el año con un ascenso del 8% mientras se ha disparado más de un 40% desde los mínimos anuales.
La agresiva actuación de los bancos centrales, liderados por la Reserva Federal de EE UU, ha marcado el paso de Banco Santander y BBVA, así como del resto del sector
La agresiva actuación de los bancos centrales, liderados por la Reserva Federal de EE UU, ha marcado el paso desde el inicio de la invasión de Rusia a Ucrania. Este hecho ha provocado una mayor subida de la inflación, ya de por sí alta desde el último trimestre de 2021.
BANCO SANTANDER, CON MEJOR POTENCIAL QUE BBVA
A la artillería de la FED y del BCE se han sumado el resto de organismos encargados por velar por el precio de las divisas. Incluso el Banco de Japón ha dado marcha atrás en su flexibilidad económica, con una deuda que supera el 200% del PIB. Esta maniobra ha calado positivamente en el sector financiero, a excepción de Banco Santander, del Ibex 35. Sin embargo, la entidad presidida por Ana Botín registra el mayor potencial alcista de todo el selectivo a 12 meses vista.
Según el consenso de Bloomberg, Banco Santander aún tiene un recorrido potencial del 41% desde los niveles de cierre del año, en los 2,8 euros por acción. El precio objetivo se sitúa en los 3,95 euros y la inmensa mayoría de analistas aconseja «comprar». Goldman Sachs y Banco Sabadell otorgan un potencial de revalorización del 82%, hasta los 5,1 euros por título.
La diversificación geográfica de Banco Santander, con una fuerte exposición a EE UU, Reino Unido y Brasil son los grandes alicientes, aunque una bajada de tipos en la primera potencia Occidental de cara a la segunda mitad del año próximo y la posible entrada en recesión podrían mermar las expectativas en el valor. El banco cántabro ultima las últimas operaciones de su recompra de acciones para su amortización y reducir su capital para tratar de presionar al alza el precio de la acción. La firma ha subido su autocartera hasta el 1,4%.
BBVA PRESENTA UNA REVALORIZACIÓN DEL 23% FRENTE AL 41% DE SANTANDER
BBVA, por su parte, registra un potencial alcista del 22,7%, con prácticamente la mitad de los analistas aconsejando «compra» al situar el precio objetivo en los 6,91 euros por acción. CaixaBank y AlphaValue apuntan a un precio por título de 8,05 y 8,34 euros, un 42% y un 48% al alza, respectivamente.
Sin embargo, pese a las alzas de este año, BBVA sigue mirando a Turquía y México, que soportan una desbocada inflación y unos tipos de interés artificiales controlados por Erdogán; mientras que en Centro América están a la espera de los designios de la FED y la conversión del peso, cuya devaluación está pasando factura a la economía, al pasar de los 0,1 a los 0,05 en apenas una década.
La atención de los inversores en ambas entidades financieras se centrará en este 2023 en la sede del Banco Central Europeo y su programa de compra de deuda, una maniobra para reducir su balance y obligar a vender las nuevas emisiones de deuda a un interés más elevado. En el caso de España, el BCE ya no sería su comprador al poner fin a esta flexibilidad monetaria.
Esta nueva normalidad podría poner en un aprieto al gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, y a la estabilidad del organismo encargado de vigilar a la banca. De Cos ha descartado la recesión, pero algunos analistas apuntan que los bancos nacionales podrían entrar en importantes pérdidas, como ha ocurrido en Bélgica.
LA AUSENCIA DE COMPRAS DEL BCE, PRINCIPAL PREOCUPACIÓN EN SANTANDER Y BBVA
Los otros datos que darán más pistas sobre la evolución del negocio bancario se centrarán en la morosidad, los ingresos por comisiones y en el impacto del nuevo impuesto del Gobierno. En cuanto a un aumento de los impagos, se espera que la banca contenga las cifras alargando el período de la deuda, flexibilizando las condiciones. No obstante, el BCE apretará para evitar que los créditos dudosos e incobrables se disparen, más si la economía entrara en recesión.
El resto de firmas bancarias registró importantes alzas, con CaixaBank a la cabeza. La firma dirigida por José Ignacio Goirigolzarri se ha disparado un 52% a lo largo del año y aún presenta un potencial alcista del 20% para este 2023. Es el mejor año de su historia, con un sprint final que le ha permitido adelantar a Banco Sabadell, que ha liderado el año durante los primeros once meses. La subida del banco dirigido por Josep Oliu es del 49%. Unicaja y Bankinter se anotan un 19% y un 39%, respectivamente.