La recesión es un escenario económico adverso, pero nunca antes se había previsto con tanta antelación como la de este 2023. Todos los modelos económicos apuntan no sólo a un frenazo del PIB, sino que su profundidad dependerá de la agresividad de los bancos centrales.
Tanto la Comisión Europea como el Banco Central Europeo (BCE) esperan que la recesión se materialice en este último trimestre del año. Los datos de producción industrial, el frenazo del consumo y el alza de los intereses variables y fijos dan pistas ante una inflación galopante que persistirá durante este 2023. El panorama en EE UU no será muy distinto con una Reserva Federal agresiva y con la intención de reducir su balance, disparando así los intereses de las empresas que refinancien la deuda.
En definitiva, ya no existen alarmas o alertas por recesión, sino que sólo se espera su materialización, una aparición efectiva que se registrará con dos trimestres consecutivos de crecimiento nulo o negativo. Pero, ¿cuándo se producirá? Esta es la gran pregunta que se hacen los analistas e inversores. Si se atiende a la teoría tradicional, la Bolsa se suele adelantar entre seis meses y un año a una posible recesión.
WALL STREET DA LA SEÑAL DE RECESIÓN
El primer semestre del año en Wall Street sería un buen punto de partida, con la mayor caída en ese periodo desde 1937. El S&P 500 se hundió más de 20%, en plena explosión de la burbuja tecnológica, con el Nasdaq-100 cuesta abajo y sin frenos. Desde los mínimos de octubre, sin embargo, los índices han recuperado gran parte del desplome, pero no así grandes compañías, como Tesla.
El Dow Jones de industriales se ha dejado un 10% en este año; un 20% se ha hundido el S&P 500; y un 34% el Nasdaq-100. Si bien, éste último ha sufrido su segundo peor año en su historia, tan sólo superado por el 39% de caída registrado en 2000, con la explosión de la primera de las burbujas del sector, y ha registrado cuatro trimestres consecutivos a la baja por primera vez desde hace 22 años.
La señal más definitiva de recesión comienza en el horizonte de 10 meses, correspondiente a septiembre de 2023
Atendiendo así a este balance, todo apunta a una caída en la economía real, pero pocos modelos se atreven a dar fechas concretas. Sin embargo, el consenso de Bloomberg apunta a una mayor probabilidad de recesión en EE UU a partir de septiembre del próximo año. Sin embargo, en Europa se espera que este escenario entre en escena a partir marzo o bien junio, según sean los datos correspondientes al último trimestre del año.
LA CURVA DE TIPOS PROFUNDIZA SU INVERSIÓN: SEÑAL DE RECESIÓN
Los tres modelos de Bloomberg apuntan que la probabilidad de que EE UU vuelva a entrar en recesión técnica, como ha ocurrido este verano, se ha disparado debido al deterioro del diferencial entre la deuda a tres y 18 meses, un sistema que suele utilizar la FED. En concreto, la probabilidad es de casi el 60% en 2023 respecto al 0% que apuntaba hace apenas seis meses.
Bloomberg Economics observa la curva invertida de los intereses de la deuda, que tiene en cuenta los diferenciales de los bonos a diez años y a dos, así como los de tres meses y a diez años vista. En el mismo modelo se tienen en cuenta 13 indicadores financieros y macroeconómicos como referencias. Las curvas de tipos se han invertido desde mayo de este año. Es decir, el riesgo de invertir a corto plazo es superior que hacerlo a diez años vista, con una menor visibilidad futura. En noviembre, esta inversión de la curva de tipos ha ahondado aún más la brecha. En cuanto a la deuda a tres y 18 meses, la inversión se produjo el pasado mes.
Sin embargo, el modelo de Bloomberg apunta que el riesgo de una recesión a seis u ocho meses vista desde noviembre se ha incrementado. «La señal más definitiva de recesión comienza en el horizonte de 10 meses, correspondiente a septiembre de 2023», indican los autores del estudio. Con un ajuste del modelo, el informe apunta a una probabilidad aún mayor, del 80%, de entrar en recesión. Todo ello, teniendo en cuenta las anomalías de la economía real actual, con sólidos balances en los hogares, el ajusto de la vida de pensionistas y otras políticas de incremento de ingresos del Gobierno federal y estatal.
CHINA AÚN PODRÍA DAR MÁS ALAS A LA RECESIÓN
Aún así, los principales temores vuelven a venir del este de Europa y de China, donde se abrirán las fronteras sin cuarentenas para los extranjeros a pesar del importante aumento de muertes y contagios registrados en las últimas semanas. A todo ello se suma la inflación y el aumento de las tasas de interés a nivel mundial. No obstante, con la entrada en recesión, la FED se verá obligada a recortar los tipos de interés. El riesgo de que los precios continúen al alza durante el 2023 es la principal preocupación del mercado, donde la falta de oferta asola a todos los sectores, desde materias primas hasta farmacéuticas.
Además, las compañías no pueden continuar con su estrategia de incrementar precios para mantener los márgenes. La operativa se centra ahora en ahorrar costes y los despidos están a la orden del día, no sólo en el sector tecnológico, como Facebook (Meta), Netflix y Twitter, entre otros; sino también en el inmobiliario, seguros y banca, como hará Goldman Sachs. En España, Catalana Occidente ha iniciado un plan de salidas voluntarias para el 22% de la plantilla.
LOS DESPIDOS, OTRA SEÑAL CLARA DE RECESIÓN
Otros indicadores macroeconómicos, como los concursos de acreedores y el desempleo, se consideran atrasados. Es decir, manifiestan su crecimiento según va avanzando el escenario de recesión. Por tanto, no muestran la virulencia de la misma hasta incluso años después de haberse iniciado el frenazo económico.
Además, en estas condiciones, la Bolsa suele registrar nuevos mínimos respecto a los primeros coletazos, pero también lo suele hacer meses después. En 2008, los mínimos se vieron en 2012. Con el estallido de la burbuja tecnológica hubo que esperar tres años, los mismos que en la Gran Depresión de 1929. Por el momento, los últimos datos de paro en EE UU muestran un incremento de 9.000 personas en las peticiones de subsidios en EE UU, hasta superar las 221.000. El nivel clave para conocer si se ha pasado lo peor se señala en casi medio millón de peticiones.