El sistema tributario español establece que determinadas competencias estén asumidas por el Estado y otras por las comunidades autónomas. Además, existe un régimen común para todas las comunidades —excepto País Vasco y Navarra, que tiene un impuesto foral—, que gestiona todos los tributos. En ese régimen común, el Gobierno central recauda el IRPF, el IVA y los Impuestos Especiales. Después, envía el 50% del IRPF y el IVA a cada comunidad y el 58% de los Impuestos Especiales.
7Impuesto de sucesiones y donaciones
Este tributo grava la transmisión del patrimonio tras la muerte de una persona. Todas las autonomías ofrecen ventajas fiscales a los parientes más cercanos al fallecido, aunque su cuantía y condiciones varían entre territorios. La reducción más importante la aplica Cantabria, donde los hijos, los padres o el cónyuge del fallecido no tienen que pagar ningún impuesto al recibir la herencia. Tampoco necesitan hacerlo las personas con una discapacidad igual o superior al 65 % en Asturias.