Siempre que acaba un año y comienza otro, es intrínseco del ser humano, como fin y principio de algo, hacer o intentar hacer cambios, ya sea en lo material, en actividades o en algo más profundo, lo que llamamos cambiar de vida. Por tanto no hablamos de ir a un gimnasio o aprender un idioma, o propósitos varios que en pocos días o semanas queda en agua de borrajas. Hablamos de cambiar de vida de verdad, de marcarte un objetivo claro y realista e ir a por ello. Veamos cómo hacerlo.
2LO PRIMERO, DEFINIR UN PROPÓSITO REALISTA
Como hemos apuntado, es la clave para empezar. Si la meta es demasiado alta y cambia de forma muy drástica nuestro ritmo de vida, es bastante probable que acabemos por abandonarla. Una alternativa podría ser plantearnos una meta más elevada a largo plazo y objetivos más fácilmente alcanzables a corto plazo, que nos permitan acercarnos poco a poco a la meta final. No te plantees convertirte en una bestia del gimnasio, simplemente ve poniéndote en forma; no pretendas no volver a comer aquello que no te conviene, solo ve quitando cosillas poco a poco o comiendo un poco menos cada semana. Y así con todo.