Suecia se enfrenta a una recesión inmobiliaria sin precedentes y desata los temores en la UE tras el desplome del precio de la vivienda. El sector inmobiliario del país registra un terremoto sin precedentes, como si hubiera estallado una burbuja. El caso sueco es el peor en este momento en todo el mundo, pero varios países registran también caídas en el precio de la vivienda, especialmente en Estados Unidos.
La hipoteca es lo último que deja de pagarse, pero los impagos son ahora una gran preocupación
El deterioro en el mercado inmobiliario de Suecia es el más rápido visto jamás, incluso más virulento que en la pasada crisis de 2008. Y es que, de nuevo, la acción de los bancos centrales tiene sus consecuencias. Tras décadas de dinero fácil y gratuito, con tipos de interés negativos, llega ahora una crisis sin precedentes, con una oferta cada vez más escasa y con hipotecas referenciadas a tipos fijos.
El escenario, tal y como apuntó este medio, podría empeorar a finales de año. Las previsiones apuntaban a una caída del 12% desde los máximos del pasado año, pero ahora el desplome alcanza el 20%. Es una cambio «dramático», según ha asegurado Annika Winsth, economista jefe de Nordea Bank, según recoge Bloomberg. Todo mientras la UE se asegura que no habrá recesión o que ésta será suave y poco profunda.
EL DOBLE GOLPE A LOS HIPOTECADOS EN SUECIA
Los hipotecados sufren un doble golpe debido a la inflación y a una hipoteca más elevada respecto al precio real de la vivienda. Es decir, están pagando de más, tal y como ocurrió durante la crisis inmobiliaria de hace 14 años. Con esta sacudida, los consumidores restringen sus gastos, una medida de protección que golpea directamente a la economía. Y es que, sin consumo se corre el riesgo de entrar en la peor recesión de toda la UE.
El precio de la vivienda en Suecia se sitúa ahora en niveles no vistos desde 2020, es decir, ha dejado atrás toda el alza de los dos últimos años. Todos los hipotecados en este periodo están pagando más de lo que cuesta su vivienda, especialmente cuando el banco central sueco ha disparado los intereses, provocando así la caída del precio de los inmuebles, como está ocurriendo en menor medida en el resto del mundo.
En Canadá, Australia y Nueva Zelanda también se están registrando fuertes caídas en los precios de la vivienda, así como en otra docena de países. La recesión inmobiliaria se acelera al registrar caídas durante dos trimestres consecutivos. Sin embargo, esta recesión inmobiliaria en Suecia es muy diferente a todas las anteriores, como todo lo que está ocurriendo en la economía y en los mercados durante los últimos meses.
RECESIÓN INMOBILIARIA SIN PRECEDENTES
Hasta ahora, la caída de precios inmobiliarios habían sido suaves y de corta duración. Ahora, son profundos en un período muy corto de tiempo. Las inmobiliarias se están adaptando a este entorno de recesión, más en un mercado donde el alquiler está regulado. Y es que, en Estolcomo la lista de espera para acceder a un apartamento es de una década y lleva a los inquilinos a comprar una vivienda a los precios actuales. No obstante, los inversores se lo piensan mucho antes de lanzarse. Esperan más caídas.
«No se venden todas las propiedades después de la primera visita, como ocurría antes», aseguran desde una inmobiliaria en el centro de Estocolmo. Las operaciones de compraventa se ralentizan y muestran un mercado completamente congelado. Un anuncio llega a pasar el doble de tiempo en el tablón de ofertas respecto a hace un año y la situación será peor los próximos meses. Una casa se tarda en vender cerca de 40 días, frente a los 15 en 2021. Fuera de la capital, los pisos tardan casi dos meses en salir del mercado, frente a los 18 de hace un año.
Este problema no es ajeno a otras economías de la UE. En el caso de España, por ejemplo, se espera una caída de precios del 5% para el próximo año, mientras el sector ha disparado los precios en este mes de noviembre más de un 9%. El problema para España es que la mayoría de las hipotecas están referenciadas a tipos variables, como pasa también a Suecia.
LA BANCA DE SUECIA REZA PARA QUE LOS HOGARES PAGUEN LA HIPOTECA
En Suecia, por otro lado, la recesión inmobiliaria provoca que la deuda de los hogares alcance el 90% del PIB del país. Esta situación ahogará al consumo de forma severa, como ya están percibiendo las ventas minoristas y la concesión de préstamos.
De esta forma, se está paralizando paulatinamente la economía. La situación podría empeorar si la inflación continúa desbocada, ya que agravará los problemas. Se espera que las tasas de interés pasen del 2,5% al 4,5%, por tanto la presión de los precios se mantenga al alza.
Esta subida del precio de la vivienda provocaría un descenso del 10% en el precio de la vivienda, mostrando así los peores temores del mercado. Con esta situación, el riesgo se traslada a la banca comercial, donde los préstamos hipotecarios se sitúan entre el 16% y el 36% en las principales entidades financieras.
La banca espera que los hogares continúen pagando las hipotecas. «La hipoteca es lo último que deja de pagarse», apuntan desde una entidad financiera, pero como ocurrió en España y en otros países, como EE UU, la morosidad por impago se convirtió en otro de los graves problemas hace 14 años. Y Suecia podría tener que enfrentarse a la materialización de este riesgo.