Las fiestas navideñas son sinónimos de muchas cosas: fiestas, regalos, cenas copiosas, salidas con amigos, exceso de consumo… y un largo etcétera. Pero a veces los excesos, sobre todo cuando se acumulan con frecuencia, pueden ser arriesgados. Es lo que sucede con el colesterol, un problema que cada día preocupa más a muchas personas, sobre todo a aquellas que ya tienen una edad o padecen algún tipo de problema de salud. ¿Existe alguna manera de disfrutar a tope de la Navidad y no terminar padeciendo un pico de colesterol después?
Aunque los milagros no existen, ni siquiera en Navidad, sí hay recomendaciones y consejos interesantes en los que los expertos suelen coincidir.
5El colesterol y el estrés
Suele decirse que el cerebro gobierna todo nuestro cuerpo, y hay motivos para creérselo. La gente feliz y contenta está por lo general más sana que la que vive al filo de la depresión. Y no nos referimos solo a una cuestión mental, sino también física. Por eso, es también un propósito a tener en cuenta elegir el periodo navideño para intentar relajarse y escapar del estrés que puede provocar el trabajo, la rutina o las compañías obligadas.
Y si además se mantiene ese estado de relajación para comenzar el año, mejor que mejor. Por buenos propósitos que no quede.