El gigante de la moda es otra de las compañías que traspasa cualquier línea moral. Si algo ha acompañado a Shein desde su creación, han sido las polémicas. Una de las mayares críticas la comunicad verde achaca al gigante chino es su modelo nada sostenible.
Pese a que Shein ha demostrado ser la empresa menos sostenible del sector textil a nivel global, esta lanzó una línea con prendas sostenibles el pasado abril. La llamada ‘EvoluShein’, fue una colección capsula con el festival californiano Stagecoach.
Pese a ello, las polémicas por el poco respeto hacia le medio ambiente y los derechos humanos se han sucedido. Greenpeace, en su informe Los trapos sucios de Shein, desveló que un 15% de las prendas analizadas muestran niveles tóxicos por encima del límite legal admitido por la UE. El 32% de las piezas analizadas, tienen niveles preocupantes.
SHEIN, EN EL OJO DEL HURACÁN
Agregado a esto, y traspasando la barrera de los derechos humanos, Shein es una de las compañías del sector que tiene a sus trabajadores con unas condiciones pésimas. Hace menos de dos semanas, varios medios desvelaron que el algodón utilizado por el transatlántico de la moda provenía de Xinjiang, una región china acusada de trabajos forzosos. Esta zona está vetada por Estados Unidos.
Pese a que el terreno comercial de Shein ha ido creciendo, la realidad es que la compañía cuenta con varios lastres, sobre todo relacionados con el respeto nulo hacia el ecosistema. La insostenibilidad que carga Shein es un problema para el sector, y un peligro para un ecosistema que sufre las consecuencias de los humanos.