Ouigo y Avlo provocan que la cuota de mercado del avión caiga en picado

No es ningún secreto que los últimos meses ha aumentado la cantidad de viajeros que recurren a los trenes para sus viajes de larga distancia gracias, entre otros a Ouigo y Avlo. Este crecimiento ha llegado en buena medida gracias a que le han robado clientes a los vuelos internos, que han sido los principales castigados. Mientras que los autobuses mantienen buena salud y los coches mantienen su propio mundo, las aerolíneas son las que no terminan de recuperar sus números post confinamiento.

La liberalización cada vez empuja a más usuarios a usar los trenes

Es una señal llamativa de cara a los próximos meses. La liberalización cada vez empuja a más usuarios a usar los trenes. En este sentido, la diferencia de precios entre el tren y el avión y que duración total del recorrido -se aproximan por lo que se tarda en el proceso para viajar en avión- hacen que para un alto porcentaje de los viajeros sea ilógico recurrir a los vuelos internos para desplazarse.

ES MÁS OBVIO ENTRE MADRID Y BARCELONA

Como podía esperarse, los viajes entre Madrid y Barcelona es donde se hace más evidente esta nueva dinámica. Desde el inicio de los servicios de Ouigo en mayo de 2021 y de Avlo, el low cost de Renfe, en junio de ese mismo año, con precios que parten desde los 7 euros para la ruta Madrid-Barcelona, ha provocado que el avión haya perdido más de 12 puntos de cuota de mercado en esta relación.

Según el último informe anual del sector ferroviario de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), el tren transporta cerca de 3,2 millones de viajeros entre estas dos ciudades, frente al millón de personas que viajan en avión.

el tren transporta cerca de 3,2 millones de viajeros entre Madrid y Barcelona

Estas cifras representan una cuota del 75,8% para el tren -incluyendo también los AVE de Renfe- y para el avión del restante 24,2%. Antes de la pandemia, en 2019, el medio ferroviario movía al 63,3% y el aéreo al restante 36,7%, lo que se traduce en una pérdida de 12,5 puntos.

Es un golpe que tendrán que encajar, y ahora con aún más dificultades. Además de la presencia de las low cost Iryo, que tiene un precio que se para entre los 7 euros del Avlo y los más de 100 del AVE, puede quitarles aún más usuarios. Pero es que con los precios como están es complicado mantener la competencia entre ambos medios de transporte en algún tipo de equilibrio.

EL PRECIO DE UN VIAJE EN AVIÓN ES AL MENOS 30 EUROS MÁS CAROS QUE UNA LOW COST

Una revisión rápida de los precios de la ruta Madrid – Barcelona evidencia el problema que deben enfrentar los aviones. El precio promedio de un pasaje del AVLO, el low cost de la ferroviaria estatal, ronda alrededor de los 18 euros al comprar con tiempo, en este caso el 12 de enero, mientras que la aerolínea más barata no baja de los 50. Son 32 euros, al menos de diferencia entre viajar en tren o en avión.

Puesto así, es fácil entender por qué los usuarios empiezan a ver con buenos ojos las nuevas opciones de los trenes. Pero además es que las diferencias de tiempos no es tan grande. Una hora y quince minutos no es tanto como para justificar la cada vez mayor diferencia en los precios, y a medida que la competencia entre las opciones de trenes aumenta las promociones serán cada vez más comunes.

Visto así, es probable que los pasajeros de los vuelos internos, al menos en las rutas que compartan con las low cost ferroviarias, sigan disminuyendo. Lo cierto es que incluso los buses han podido mantener buenos números de cara a la llegada de las low cost, mientras que las aerolíneas han perdido un porcentaje de sus pasajeros frente a las mismas.

EL FACTOR SOSTENIBLE

Hay que señalar también que desde el Gobierno se ha repetido el mensaje de usar, en la medida de lo posible, los trenes para este tipo de transporte, no es casual que Raquel Sánchez haya estado presente en las inauguraciones de Ouigo y de Iryo. Es un tema de sostenibilidad que se empuja también desde Bruselas, que cuenta con que los trenes son más limpios y que apunta además a opciones como el hidrógeno para eliminar el diésel en las vías que aún no están electrificadas. 

Visto así a las aerolíneas les queda tener cuidado con lo que planean para los próximos meses y años. Es una situación delicada, que quizás les obligue replantearse como cuidar el mercado interno. Aunque los costos son distintos no sería extraño verles hacer hincapié en las ofertas y en los tiempos de viaje. Como casi siempre toca esperar para medir las reacciones, pero no parece lógico pensar que las aerolíneas se queden sentadas viendo como una parte de sus usuarios más fieles los abandonan de un día para otro en el mercado interno.