Admitámoslo, es difícil resistirse a unas buenas croquetas. Sin embargo, es posible que al hacerlas en casa no obtengas los resultados esperados, por mucho que sigas la receta al pie de la letra.
El fallo suele estar en la bechamel, por eso, hoy te traemos algunos trucos con los que vas a conseguir que quede en su punto justo de cremosidad y totalmente libre de grupos. A partir de ahora, cada croqueta que salga de tu cocina será un manjar.
2El truco está en las cantidades
El verdadero secreto de unas croquetas de escándalo es haber acertado con las proporciones en los ingredientes al hacer la bechamel. No te preocupes, que ya no vas a tener que seguir experimentando, te contamos cuáles son las cantidades perfectas.
La mezcla ideal es 80 gramos de harina, 80 gramos de mantequilla y entre 600 y 800 ml de leche entera. Añade menos leche si quieres tu bechamel más espesa, y menos si deseas que quede un poco más líquida, pero siempre dentro de estas cantidades que te hemos dicho.