La inflación hace estragos de cara al Black Friday en Estados Unidos (EE UU) y desajusta los indicadores. Las ventas minoristas en EE UU se incrementan por volumen en un 1,3% en octubre, pero no por pedidos sino por la asfixiante subida de los precios tras un mes de septiembre de nulo crecimiento. El dato preliminar muestra la mayor subida en los últimos ocho meses y mejora en un 30% las estimaciones. Cabe recordar que este dato es sesgado al no incluir la demanda de los consumidores en viajes, servicios y vivienda, unos datos que se darán a conocer a finales de este mes.
CAÍDA DE VENTAS MINORISTAS PARA FIN DE AÑO Y LOS INTERESES AL 30%
Sin embargo, las ventas minoristas se han incrementado por las subidas de precios de los vehículos debido a las fuertes restricciones y cuellos de botella en la cadena de suministros, así como por la falta de componentes. Los concesionarios han incrementado los precios de los vehículos de segunda mano ante la falta de stock de los nuevos. En cuanto a las ventas de gasolineras, los consumidores han aumentado el montante en un 4,1% debido al incremento de los precios del combustible y productos. Excluyendo estos dos factores, las ventas minoristas en Estados Unidos habrían ascendido un 0,9%.
LOS INTERESES AL CONSUMO ALCANZAN EL 30%
Las ventas de alimentos y bebidas suben un 1,6% también por la subida de precios, mientras que los materiales de construcción continúan al alza, un 1,2% en este mes de octubre. Sin embargo, han caído en electrónica, artículos deportivos, hobbies, música y libros. Son este tipo de productos los que podrían convertirse en la pesadilla de las grandes empresas, como Amazon o AliExpress, para este próximo Black Friday. De hecho, los locales comerciales registraron también caídas generalizadas del 0,2%.
Con estos datos, los consumidores gastan más debido a los estragos de la inflación, pero las cestas se llenan cada vez menos, más cuando los intereses al consumo están por las nubes. De hecho, los últimos datos de CreditCards muestran unas tasas de interés inusualmente altas por las tarjetas de crédito, hasta del 30% en algunos casos frente a un tipo oficial de entre el 3,5% y el 4%. Los intereses variable por las hipotecas, por su parte, se sitúan en el 6,9%.
Estas tasas ahogan a una familia estadounidense y el objetivo de la Reserva Federal es eliminar el exceso de ahorro cosechado durante los dos primeros años de la pandemia. Por este motivo, el Black Friday podría ser uno de los principales termométros para
Asimismo, en tasa desestacionalizada, las ventas minoristas muestran una exigua subida de apenas el 0,5% respecto a septiembre y del 0,7% en tasa interanual. Un síntoma de que este Black Friday no apunta a unas buenas perspectivas. Entre enero y octubre, el agregado muestra una subida del 8,3%, un 6% inferior respecto al aumento de los diez primeros meses del pasado año.
Así las cosas, este dato, pese a mejorar la tendencia, no es más que un espejismo. Más cuando empresas de la talla de Amazon y Target han revisado a la baja sus propias previsiones. El gigante del comercio electrónico, especialmente en el Black Friday, despedirá a 10.000 empleados y no espera un gran volumen de ventas de cara a estas navidades.
TARGET ESPERA UNA CAÍDA DE LAS VENTAS A FINALES DE AÑO
Target, menos conocida en España, es el gigante minorista en Estados Unidos. Debido al «entorno cada vez más desafiante», esta compañía ha reducido sus expectativas de cara al cuarto trimestre del año, el más importante. De hecho, tras el parón de las vacaciones de veranos, Target ha corroborado las malas últimas semanas de septiembre y espera un fuerte cambio de tendencia en las ventas, así como una caída en el beneficio debido a la inflación, los altos tipos de interés y la incertidumbre económica. Asimismo, ha asegurado que «el comportamiento de compra de los clientes está cambiando». Se espera así un cambio En términos monetarios, las ventas minoristas alcanzaron los 694.500 millones de dólares, un peso del 3% del PIB.
Los analistas consultados por INVERSIÓN apuntan además que el consumo real caerá en el último trimestre y se prolongará la tendencia hasta mediados de 2023. Todo debido a los incrementos de las tasas de interés de la Reserva Federal. La próxima reunión de diciembre se espera un incremento del 0,75%, si bien, algunas voces apuntan a un ritmo del 0,5% tras rebajarse la subida de la inflación. De hecho, el mercado ya no se muestra preocupado por los precios, pero sí por la recesión.
De hecho, si el gasto de los consumidores se mantuviera al alza se podría entrar en una lectura errónea del PIB. Es decir, el PIB se podría revisar al alza, pero la mejora económica no alcanza a la economía real. De hecho, la inmensa mayoría de las empresas que componen el índice S&P 500 muestran una caída de beneficios y/o ingresos futuros, un motivo más para la FED para aminorar el ritmo de subidas de los tipos de interés, pero el supervisor no está por la labor de abandonar la lucha.
En diciembre se despejarán las dudas. Y es que, aún habrá que esperar al nuevo IPC y a los datos de empleo privado de noviembre para canalizar la opción más probable. También podría influir el comportamiento del consumidor en el Black Friday.
LA FED PREPARA UNA MAYOR PRESIÓN AL CONSUMIDOR Y A LA DEUDA
Otros datos que muestran la pesadilla de cara a final de año son los precios de importación en Estados Unidos. La bajada se debe principalmente a la caída del precio del combustible, que a su vez reflejaría una menor demanda interna y por tanto el riesgo latente de recesión.
Este indicador cae en octubre y registra cuatro meses a la baja debido a «la desaceleración de la demanda», una lectura que muestra que el ascenso de las ventas minoristas noes más que una trampa. De hecho, en tasa interanual, según Oxford Economics, muestran una bajada del 4,2%. Así, este dato podría confirmarse en las ventas de este Black Friday.
Con todo, en un escenario inflacionista, si la demanda continúa «robusta», tal y como asegura el Wall Street Journal, con fortaleza en el empleo y una subida de los salarios, podría provocar un mayor aumento de los intereses por parte de la Reserva Federal. En este sentido, el consumidor y las empresas más endeudadas experimentarán una mayor presión sobre sus ahorros y deudas.