El lavavajillas es un electrodoméstico que cada vez está más presente en los hogares. Según los datos recopilados por la Asociación Nacional de Fabricantes e Importadores de Electrodomésticos, en España se compran cada año unos 576.000 lavavajillas. Es un aparato muy práctico que, en teoría, permite ahorrar tiempo y dinero a la hora de limpiar todos los cacharros de cocina que usamos en el día a día. El ahorro de agua está confirmado por estudios que ha llevado a cabo el Canal Isabel II. Usando el lavavajillas se puede ahorrar hasta 30,6 litros de agua al día. Aun así, hay opciones que aseguran que se puede ahorrar más agua lavando a mano, siempre y cuando se use agua fría y no se deje el grifo abierto. Por lo tanto, ¿qué es más barato y sostenible? En realidad ambas opciones presentan ventajas, todo depende de como se haga.
3A VECES EL LAVAVAJILLAS SALE MÁS CARO
Una de las causas es no elegir el programa de lavado más adecuado. La mayor parte del consumo de este aparato se destina a calentar el agua, por lo que al usar un programa de larga duración, tendrá que calentar más cantidad de agua elevando así el gasto eléctrico. Y la realidad es que no siempre es necesario un programa largo para obtener buenos resultados. Basta con enjuagar un poco los utensilios que están más sucios para poder aplicar un programa más corto y más eficiente. Otro error es poner a funcionar el aparato sin haberlo llenado del todo. Hacer dos lavados a media carga consume más que un solo lavado a carga completa. Por último, el modelo también influye en el gasto. Los aparatos más modernos son más eficiente porque detectan automáticamente el nivel de suciedad de la vajilla para regular la temperatura, la intensidad de los chorros y la cantidad de aclarados.