El mercado inmobiliario chino pende de un hilo, lo que es sinónimo de que el estado de salud de la economía del país asiático es delicado. China sigue padeciendo los efectos adversos del Covid-19. De ahí que el Gobierno del país haya establecido una serie de medidas restrictivas que, entre otras cosas, viene lastrando varias áreas de la economía de la nación, entre ellas, el inmobiliario. Unido a esto, el sector vivienda en China está experimentando una de sus épocas más aciagas.
Evergrande abrió una lata que sigue descubierta. La quiebra del gigante asiático sirvió para esclarecer la situación de todo el sector. Poca liquidez, exceso de apalancamiento, problemas con el impago de los consumidores…China ha intentado poner fin a este tipo de cuestiones con distintas medidas, entre ellas y la más importante la reducción del crédito bancario. Digamos que el Ejecutivo chino ha hecho que las promotoras no tengan tanta accesibilidad para hacerse con dinero de las entidades financieras. Esto ha terminado por hundirlas, dejando al descubierto todas las carencias de un sector que supone el 20% del PIB de China.
CHINA NO SE LIBRA DEL COVID-19
Y es que el mercado inmobiliario es uno de los metrónomos del estado de salud de la economía china. Es decir, el sector vivienda, entre sus muchas funciones, es un medidor de como avanza las finanzas del país chino. En un momento como el actual, se está viendo que China no avanza como le gustaría en materia económica. El efecto del Covid-19 sigue siendo el mayor obstáculo del país con capital en Pekín. El virus lo sigue condicionando todo. Las restrictivitas políticas ‘cero Covid’ han torpedeado a varias empresas del estado chino, entre ellas las inmobiliarias.
LOS TIPOS DE INTERÉS DE CHINA ESTÁN SOBRE EL 3,65%
Atendiendo a la situación actual de China, ha sido el propio Ejecutivo liderado por Xi Jinping el que ha lanzado una serie de medidas encaminadas a reflotar un sector que sigue de capa caída. La reducción de los tipos de interés venía siendo la herramienta preferida del Gobierno para reactivar la economía del país. Pese a ello, el efecto de las bajadas de impuesto ha sido inerte. Tras ello, China ha torcido su brazo ligeramente, dando una excepción temporal para las entidades financieras que quieran dar crédito a las promotoras.
LOS IMPAGOS SIGUEN CRECIENDO EN EL MERCADO INMOBILIARIO CHINO
Pese a ello, y aunque le mercado ha reaccionado con positivismo ante estas medidas, parece complejo reactivar el sector. Desde Bloomberg hablan de que la proporción de préstamos especiales incobrables ha crecido un 30%. Los imagos siguen creciendo. Y es que los consumidores no están dispuesto a pagar las construcciones inacabadas. El sector inmobiliario está en punto muerto. Sin ir más lejos, tiene movilizado un mercado de vivienda nueva que los expertos tasan en 2.400 millones de dólares. Bloomberg apunta que el mercado inmobiliario chino tiene al menos 292.000 millones de dólares de préstamos en tierra.
LA VIVIENDA CHINA, EN SU PUNTO MÁS BAJO DE LOS ÚLTIMOS 8 AÑOS
Otro punto que podría ralentizar el efecto de las medidas gubernamentales son los precios de la vivienda en el país. China ha visto como los hogares se han devaluado a un ritmo frenético. Hoy por hoy, el HPI de China está en mínimos de los últimos ocho años. La tendencia es claramente bajista, y no hay ningún indicio de que pueda cambiar a medio plazo. Desde mediados de 2019, el precio de la vivienda ha caído hasta situarse sobre el -1,5 actual.
Las progresivas bajadas de tipos de interés no han motivado la compra de nuevas viviendas, pese a que los precios son bajos. Comenzaron el año con tipos al 3,80%, y la tasa actual está sobre el 3,65%. Pese a esto, el mercado sobre entiende que el momento no es el mejor, no tanto en aspectos numéricos sino en los estímulos que lanzan las promotoras. En la segunda mitad del ejercicio han salido nuevas compañías del sector que atraviesan un momento complejo. La falta de liquidez, los impagos y la proximidad a la quiebra han alejado tanto a inversores como a potenciales compradores.
El Gobierno espera que con el ‘rescate’ que van a llevar a cabo, el sector vivienda emerja. China sabe que el inmobiliario es uno de los motores de la economía y necesitan estimularlo sea como sea. El país lanzó la semana pasada un programa de apoyo a la financiación destinado a las empresas privadas, entre ellas las inmobiliarias. El Gobierno ha repartido hasta 250.000 millones de yuanes destinados a que las compañías emitan bonos para así descongestionar su situación financiera.
LAS PROMOTORAS, SIN RESPUESTA EN BOLSA
El pesimismo que aflora en el sector también se ha extrapolado al mercado de valores. Los inversores han dejado de lado a las promotoras cotizadas, que se no salen de la tendencia bajista desde comienzos de año. De base, los principales índices bursátiles donde estas firmas cotizan vienen marcados por la directriz bajista. Por ejemplo, el Hang Seng Index marca un decrecimiento superior al 24% en lo que va de año.
EVERGRANDE ES LA PROMOTORA QUE MÁS CAE EN EL MERCADO DE VALORES
Pese a que el paquete de medidas lanzado por el Gobierno cayó con buen pie sobre la cotización de alguna de las promotoras, ninguna de ellas logra caminar en positivo en lo que va de año. Evergrande, una de las promotoras más grandes del mundo, se apunta una caída del 66% siendo la firma del sector más decreciente; Shimao, que también tuvo problemas el pasado octubre al no poder hacer frente a su deuda, decrece más de un 55%; Country Garden Holding la sigue de cerca con una depreciación del 51% desde enero; Guanzhou R&F Properties y China Fortune Land Development son otras dos promotoras que, en su caso, marcan una caída similar del 31%.
El mercado inmobiliario chino se hunde. El que es uno de los puntales de la economía del país asiático ha sucumbido ante la caída de los precios de la vivienda, los impagos de los consumidores y, por supuesto, por las medidas del Gobierno. El Ejecutivo liderado por Xi Jinping está tratando de reactivar un sector que se antoja imprescindible para China. Está por ver si lo consigue. Por el momento, el sector no ha respondido ni a nivel comercial ni mucho menos en Bolsa.