Un nuevo impuesto de envases llegaría muy pronto para poner en jaque al sector de la distribución. En concreto, se trata de un impuesto sobre los envases de plástico no reutilizables, que afectaría a distribuidores, fabricantes y consumidores.
Sin embargo, aunque se trata de un impuesto que no entraría en vigor hasta el 1 de enero, ya cuenta con una gran oposición entre toda la cadena de la distribución. Por lo que este nuevo impuesto, que todavía no ha entrado en vigor, ya se enfrenta a las voces en contra de varias empresas, asociaciones e instituciones.
Así, este impuesto presenta la problemática de que impone la obligación a las empresas de que tengan que declarar los kilogramos de plástico de todos los envases primarios, secundarios y terciarios.
De igual forma, aunque algunos llegaron a pensar que podría existir un aplazamiento, de momento, esto no parece posible, debido a que el Ministerio de Hacienda ya ha comunicado a la Comisión Europea que este impuesto se encuentra dentro del plan presupuestario de 2023.
UN IMPUESTO MUY AMPLIO
Sin duda, aunque el objetivo de este impuesto es la sostenibilidad, por otro lado, es muy útil como fuente de ingresos para el Gobierno. Además, sus aspectos negativos son bastantes porque supone un coste extra para las empresas, que más adelante se va a acabar trasladando al consumidor.
el impuesto obliga a declarar los kilogramos de plástico de todos los envases primarios, secundarios y terciarios que acompañan a la mercancía
En concreto, el impuesto obliga a declarar los kilogramos de plástico de todos los envases primarios, secundarios y terciarios que acompañan a la mercancía. Dentro del concepto plástico, conforme a la definición del Ministerio de Hacienda, se consideran, entre otros, botellas, bidones, garrafas, poliestirenos, aplicadores, bandejas separadoras, films que envuelven los productos, anillas, cintas de embalaje y demás elementos. De esta forma, por cada pequeña cantidad de este material se va sumando más y más costes para los distribuidores.
Asimismo, España no sería el único país afectado porque a partir del 1 de enero el impuesto estará vigente en España, Italia y Reino Unido, estableciéndose de forma progresiva en el resto de los países.
No obstante, este impuesto es consecuencia de las normativas de la Comisión Europea. Ya que, lo cierto es que desde 2021 los Estados Miembros de la UE ya vienen obligados a ingresar al presupuesto de la Unión 0,80 euros por cada kg de plástico que no se recicle, por lo que España recuperará parte de este importe a partir de la entrada en vigor de estos nuevos tributos.
LA PROBLEMÁTICA DE ESTE IMPUESTO DE ENVASES
Un reto adicional que tiene este impuesto de envases es la diferente forma de aplicación en cada uno de los países miembros de la Unión Europea. Ya que, como se han mencionado con anterioridad, se trata de un impuesto de envases que ya está vigente en España, Italia y Reino Unido, pero que como consecuencia de la normativa de la Comisión Europea tiene que extenderse a más países. Una situación que, finalmente, acabará dificultando mucho su correcta implementación en aquellas compañías que cuenten con actividad en diferentes países.
En esta línea, expertos alertan de un desconocimiento del contexto y de falta de información, lo que puede perjudicar el correcto funcionamiento de la iniciativa. «Si analizamos como están abordando las empresas la puesta en marcha del Impuesto, vemos un desconocimiento sobre la aplicación de la ley en las empresas españolas, en parte porque la normativa final no está publicada», ha indicado Rafael San Román, socio director de Stratesys, responsable de la gestión de esta iniciativa con los clientes.
la mayor complicación se la van a encontrar las empresas que operan en distintos países
Por tanto, este impuesto de envases va a suponer un problema para la gran mayoría de empresas por el gran volumen de productos que considera que se tiene que declarar como plástico y, además, supone pagar un coste extra por cada pieza de este material. Sin embargo, la mayor complicación se la van a encontrar las empresas que operan en distintos países de la Unión Europea, además de aquellas compañías que tienen un carácter más internacional.
FOMENTAR EL RECICLADO COMO OBJETIVO
Asimismo, tal y como explica San Román, socio director de la consultora tecnológica Stratesys «además de los fabricantes de envases de plásticos, todas las empresas españolas que adquieran bienes de países de la Unión Europea, o importen bienes, son contribuyentes. El impuesto de envases aplica por la adquisición de productos que tienen envases o embalajes, estando obligadas a declarar todos los kg de plástico no reutilizado».
Para facilitar la transición a este nuevo escenario, la Agencia Tributaria ha establecido un periodo temporal, hasta final de junio, donde no es necesario presentar los libros. Sin embargo, tras esta etapa, tendrán que comunicar los libros con toda la información detallada desde el 1 de enero.
De igual forma, también cabe recordar, que el fin último del impuesto de envases, es impulsar a las empresas a utilizar plásticos reciclados. Por tanto, las compañías tienen la posibilidad y la obligación, si quieren ser competitivas, de reducir la tasa que pagan, disminuyendo la producción o el consumo de plástico no reciclado.